22/03/2013

50% DIGNITY (I): Historia de una fam!l!a

Hoy me apetece contaros una historia, os adelanto que es muy triste pero os animo a leerla, porque también, desgraciadamente, es real y tan real que os toparéis con ella nada más al salir a la calle. Es tan real, que muy probablemente la estéis sufriendo en vuestras propias carnes. No obstante no penséis que esta, ha sido estrictamente extraída de la sociedad, me la he inventado yo, pero como he dicho ya al principio, es un ejemplo de la vida de muchas personas de nuestro país, lamentablemente.



Tereseta nació en el seno de una familia orgullosamente trabajadora, y a muy corta edad ya asistía a la escuela más próxima de su casa localizada en su pueblecito, más bien villa, Paterna. Los años pasaron y Tereseta, se convirtió en Teresa, incluso en Tere para su ya marido Eloy. 

Este feliz matrimonio de trabajadores, también, a parte de viajar muchísimo tuvieron 3 hijos y pasaron de ser padres a abuelos de un total de siete nietecillos, un tanto creciditos ya. Ya veis, una vida de los más sencilla, feliz, digna y trabajadora pero satisfactoria… Si no fuese por que en los últimos años del matrimonio, e incluso vida de Tere y Eloy fueron azotados por el látigo económico de las Participaciones Preferentes. Este matrimonio fue aconsejado por unos banqueros a depositar todos los ahorros de una vida, todas sus intenciones y sus medios para ayudar a sus hijos y a sus nietos, como anteriormente los padres y abuelos de Tere y Eloy hicieron con ellos, para hacerles la vida algo más sencilla, y por qué no, para darse caprichos que incluso un trabajador se los ha de dar, y no digo puede que suena como si fuese remoto, lo digo como obligación, porque es obligatorio darse alegrías y caprichos en esta hermosa vida.

Seguramente, si no habéis leído, visto u oído las noticias, os estaréis preguntando porque el banco ha destrozado los sueños de un matrimonio que ha dado su vida a los demás, a sus semejantes. Yo os lo voy a decir, les animaron, ignorando pero a veces con ansias de dinero, a unas personas que ignoraban sobre complejos productos económicos, parece increíble ¿me equivoco? Pues no, es cierto…

Mucho protestaron Tere y Eloy, necesitaban recuperar ese dinero como fuese, necesitaban ayudar a sus hijos, necesitaban medios para conseguir unos fines dignos y humanos. Viendo la presión que ejercieron junto con otras personas de todas las edades y condiciones, los políticos se vieron obligados a actuar, porque la soga del banco aprieta pero no ahoga, en este caso no los ahogo, los destruyó, demacró y asesinó, hasta que al fin el ya agotado matrimonio logró una “proeza” recuperar su dinero, pero no todo, sólo la mitad, sólo el 50%.

¿Qué se supone que tiene que hacer ahora ese matrimonio? ¿Partirá a sus hijos por la mitad? ¿O quizá a sus nietos? ¿Puede que restrinjan sus caprichos? Ya veis, trabajando toda una vida para obtener lo  mismo o menos que en una media ¿Qué debe pensar ese matrimonio? ¿Qué deben pensar los que les hicieron eso? ¿Qué deben pensar los que se aprovecharon de eso? Os lo diré por orden: INDIGNACIÓN, VERGÜENZA e INDIFERENCIA, respectiva y tristemente.


Este relato le está sucediendo a muchísimas personas y no a Tere y Eloy, los cuales son mis queridos abuelos y a los cuales les quería dedicar este escrito, sobre todo a mi abuela Teresa, una mujer luchadora, fuerte e importante para los que la conocían, y que ahora estará mirando muy triste a las personas que les está sucediendo esto… Afortunadamente mis abuelos o ninguno de mis familiares ha sufrido este caso específico, pero muchísimas personas con sueños lo están sufriendo, y les quieren acallar con un 50%...

En la parte II de este escrito analizaré qué está ocurriendo para llegar a este extremo, y sobre todo será un análisis que dé lugar a la implicación y la concienciación. No os esperéis grandes proezas económicas, ya me conocéis soy un ignorante de la economía, mas esperaos un foco de luz que os comunique mi gran indignación sobre lo que está ocurriendo para así denunciar a los responsables, puntualizar que los oficinistas no son en sus totalidad recortadores de dignidad y por último, dar mi visión de cambio y de realidad sobre como dije ya 20 veces lo esperpéntico y grotesco que le está pasando a personas nobles e inocentes.

Y me parece justo poneros esta canción que a mi me transmite mucha alegría, porque se la merecen: