05/09/2019

El porqué (II) del Amor-drog@.


Este artículo tenía el título predeterminado desde hacía por lo menos 6 años. Quién tenga interés que lo busque un febrero de 2013. Es imprescindible también avisar que usaré conceptos propuestos por Brigitte Vasallo en su ensayo Pensamiento monógamo terror poliamoroso, un trabajo que empieza siendo una bomba en tus estructuras de pensamiento para acabar redefiniendo lo que tú eres. Algo a lo que ya nos tiene acostumbradxs el feminismo interseccional. Porque por muy poliamorosx que se quiera considerar unx, si no se rompe con las estructuras de la monogamia poco podrá construir: jerarquía, exclusividad y confrontación1. Sobretodo confrontación ¿De qué nos sirve tener un colectivo si seguimos rivalizando en el amor en lugar de construir redes afectivas?


Sobre la idealización, la NRE, el amor-droga y el deseo2.

En el enamoramiento romántico patriarcal de película es inevitable la primera fase del deseo frenético y la idealización extremista. Tendemos a exagerar sus cualidades en especial su aspecto, su belleza o su personalidad. Nos encanta todo de esa persona y no toleramos que nadie nos contradiga o se niegue a escuchar nuestras continuas y repetitivas alabanzas. Es la NRE o la energía de la nueva relación. Una serie de comportamientos obsesivos, egoístas y patriarcales que vienen a perpetuar el pensamiento monógamo de exclusividad y jerarquía sin importar a quién nos dejemos atrás. Bien es cierto que es un término más relacionado con las redes afectivas poliamorosas pero es tan descriptivo que lo usaré también para las relaciones monógamas transformadoras.

Efectivamente en el amor romántico la idealización es inevitable, por lo tanto tendremos que desmontar el mito del amor romántico. Un apunte: el amor romántico es el enemigo a batir, no el romanticismo en sí. Yo no creo que debamos destruir la atracción romántica ni los cuidados pero sí tenemos que repensar porqué restringimos ciertos cuidados a las personas con las que tenemos relaciones sexuales3. Esa exclusividad que socialmente acepta el sacrificio por la pareja pero no por unx amigx por ejemplo. Siendo más todavía cuando son nuestras otras redes afectivas las responsables de soportar el mono en el síndrome del amor chute idealizador. El amor romántico es aquel que nos enseñan de pequeñxs, en especial a las mujeres, evidentemente: debes perdonar toda agresión, debes cuidar incondicionalmente, debes moldear tu cuerpo y pensamiento para encontrar tu media naranja y demás sinsentidos, siempre justificados exclusivamente para esa persona especial4. Yo digo que mi media naranja ya me la comí hace tiempo y de vez en cuando aparece de nuevo. Así que de una sola persona con la que estamos predeterminados nada de nada queridx; lo de que hay más peces en el mar es un poco más cierto.


Y sí, habéis oído bien: amor droga2. El amor romántico es como una droga como decía la canción, de hecho serían varias las que lo dicen. Cuando lo pruebas te sientes muy realizadx pero al escaso tiempo empiezas a tener síndrome de abstinencia con el efecto contrario a la sensación que envuelve a la idealización. Cuando idealizamos a una persona nos envolvemos de una energía de alegría que nos sorprende. En parte no somos nosotrxs mismxs pero nos encanta esa sensación. La experiencia que le sigue después es la contraria: tristeza, vacío y de vez en cuando propósito de enmienda. Si eres virgen en el síndrome del amor chute tus personas más allegadas, ya sabes a las que has estado vilipendiando con tu NRE, te relatarán con pelos y señales cómo de insoportable has sido. Aquí unx que ya tiene más experiencia en la droga del amor romántico ya se modera más y se intenta acordar de cuán de patriarcal es su pensamiento durante la idealización. Sin embargo te sigues sorprendiendo de lo bien que sienta en tu delirio momentáneo.
Politizar el dolor es contar tus historias y encontrarles la coherencia con la opresión.
Porque lo que le sigue a la idealización lo podemos expresar, sí, como el mono del amor, el síndrome de abstinencia pero la desintoxicación la deshabituación son extremadamente dolorosas. Mi primer y segundos enamoramientos no correspondidos fueron un vuelco a mi vida; un aislamiento que no pude superar en varios meses; una concatenación de pensamientos negativos sobre mi orientación, expresión de género y corporalidad; faltaba politizar el dolor. Ahora con mi tercer enamoramiento unx es más prudente y autoboicoteadorx, lo cual no siempre es un problema5. Sabes identificar las fases del amor romántico, lo has analizado y teorizado. Has leído sobre su nocividad patriarcal. Sabes que no está en tu naturaleza instintiva sino que es un constructo social derivado de la intersección del monocisheteropatriarcado y el capitalismo. Comprendes que, como persona LGTBI/GSRDI, tiendes a la heterosexualización de tus relaciones: es más sencillo, es más normalizador ¿Cómo implosionar tú solx con todos estos sistemas de opresión? Apunta: con ayuda amigx.


Pensamiento monógamo y terror poliamoroso es otro ensayo que nos brida herramientas para construir redes afectivas desde la no-monogamia, desde la interseccionalidad. Nos viene a convencer de que las nuevas formas de relacionarse no son tan nuevas como nos pretender hacer pensar y que están siendo recuperadas no para aquellxs que más encajan en la normalidad6 sino en aquellxs que reivindicamos diariamente nuestro legítimo derecho de ser un monstruo, como dice la grandiosa Susy Shock7. Así que como propósito poliamoroso interseccional yo personalmente me propongo la sinceridad frente a la idealización, los cuidados frente a la exclusividad monógama y la antigordofobia frente al autoboicot gordofóbico. No tenemos media naranja porque ya nos la hemos comido, compañerxs. 

1)     Brigitte Vasallo, Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p 80
2)     Brigitte Vasallo, Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p164
3)     Brigitte Vasallo, Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p33
4)     Brigitte Vasallo, Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p171
5)     Brigitte Vasallo, Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p180
6)     Brigitte Vasallo, Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p78-79