Este artículo tenía el título
predeterminado desde hacía por lo menos 6 años. Quién tenga interés que lo
busque un febrero de 2013. Es imprescindible también avisar que usaré conceptos
propuestos por Brigitte Vasallo en su ensayo Pensamiento monógamo terror poliamoroso, un trabajo que empieza
siendo una bomba en tus estructuras de pensamiento para acabar redefiniendo lo
que tú eres. Algo a lo que ya nos tiene acostumbradxs el feminismo
interseccional. Porque por muy poliamorosx que se quiera considerar unx, si no
se rompe con las estructuras de la monogamia poco podrá construir: jerarquía, exclusividad y confrontación1.
Sobretodo confrontación ¿De qué nos sirve tener un colectivo si seguimos
rivalizando en el amor en lugar de construir redes afectivas?
Sobre la idealización, la NRE, el amor-droga y el deseo2.
En el enamoramiento romántico
patriarcal de película es inevitable la primera fase del deseo frenético y la
idealización extremista. Tendemos a exagerar sus cualidades en especial su
aspecto, su belleza o su personalidad. Nos encanta todo de esa persona y no
toleramos que nadie nos contradiga o se niegue a escuchar nuestras continuas y
repetitivas alabanzas. Es la NRE o la energía de la nueva relación. Una serie
de comportamientos obsesivos, egoístas y patriarcales que vienen a perpetuar el
pensamiento monógamo de exclusividad y jerarquía sin importar a quién nos
dejemos atrás. Bien es cierto que es un término más relacionado con las redes
afectivas poliamorosas pero es tan descriptivo que lo usaré también para las
relaciones monógamas transformadoras.
Efectivamente en el amor
romántico la idealización es inevitable, por lo tanto tendremos que desmontar
el mito del amor romántico. Un apunte: el amor romántico es el enemigo a batir,
no el romanticismo en sí. Yo no creo que debamos destruir la atracción
romántica ni los cuidados pero sí tenemos que repensar porqué restringimos
ciertos cuidados a las personas con las que tenemos relaciones sexuales3.
Esa exclusividad que socialmente acepta el sacrificio por la pareja pero no por
unx amigx por ejemplo. Siendo más todavía cuando son nuestras otras redes
afectivas las responsables de soportar el mono en el síndrome del amor chute
idealizador. El amor romántico es aquel que nos enseñan de pequeñxs, en
especial a las mujeres, evidentemente: debes perdonar toda agresión, debes
cuidar incondicionalmente, debes moldear tu cuerpo y pensamiento para encontrar
tu media naranja y demás sinsentidos, siempre justificados exclusivamente para
esa persona especial4. Yo digo que mi media naranja ya me la comí
hace tiempo y de vez en cuando aparece de nuevo. Así que de una sola persona
con la que estamos predeterminados nada de nada queridx; lo de que hay más
peces en el mar es un poco más cierto.
Y sí, habéis oído bien: amor
droga2. El amor romántico es como una droga como decía la canción,
de hecho serían varias las que lo dicen. Cuando lo pruebas te sientes muy
realizadx pero al escaso tiempo empiezas a tener síndrome de abstinencia con el
efecto contrario a la sensación que envuelve a la idealización. Cuando
idealizamos a una persona nos envolvemos de una energía de alegría que nos
sorprende. En parte no somos nosotrxs mismxs pero nos encanta esa sensación. La
experiencia que le sigue después es la contraria: tristeza, vacío y de vez en
cuando propósito de enmienda. Si eres virgen en el síndrome del amor chute tus
personas más allegadas, ya sabes a las que has estado vilipendiando con tu NRE,
te relatarán con pelos y señales cómo de insoportable has sido. Aquí unx que ya
tiene más experiencia en la droga del amor romántico ya se modera más y se
intenta acordar de cuán de patriarcal es su pensamiento durante la
idealización. Sin embargo te sigues sorprendiendo de lo bien que sienta en tu delirio momentáneo.
Politizar el dolor es contar
tus historias y encontrarles la coherencia con la opresión.
Porque lo que le sigue a la
idealización lo podemos expresar, sí, como el mono del amor, el síndrome de
abstinencia pero la desintoxicación la deshabituación son extremadamente
dolorosas. Mi primer y segundos enamoramientos no correspondidos fueron un
vuelco a mi vida; un aislamiento que no pude superar en varios meses; una
concatenación de pensamientos negativos sobre mi orientación, expresión de
género y corporalidad; faltaba politizar el dolor. Ahora con mi tercer
enamoramiento unx es más prudente y autoboicoteadorx, lo cual no siempre es un problema5.
Sabes identificar las fases del amor romántico, lo has analizado y teorizado.
Has leído sobre su nocividad patriarcal. Sabes que no está en tu naturaleza
instintiva sino que es un constructo social derivado de la intersección del monocisheteropatriarcado
y el capitalismo. Comprendes que, como persona LGTBI/GSRDI, tiendes a la
heterosexualización de tus relaciones: es más sencillo, es más normalizador
¿Cómo implosionar tú solx con todos estos sistemas de opresión? Apunta: con
ayuda amigx.
Pensamiento monógamo y terror
poliamoroso es otro ensayo que nos brida herramientas para construir redes
afectivas desde la no-monogamia, desde la interseccionalidad. Nos viene a
convencer de que las nuevas formas de relacionarse no son tan nuevas como nos
pretender hacer pensar y que están siendo recuperadas no para aquellxs que más
encajan en la normalidad6 sino en aquellxs que reivindicamos
diariamente nuestro legítimo derecho de ser un monstruo, como dice la grandiosa
Susy Shock7. Así que como propósito poliamoroso interseccional yo
personalmente me propongo la sinceridad frente a la idealización, los cuidados
frente a la exclusividad monógama y la antigordofobia frente al autoboicot
gordofóbico. No tenemos media naranja porque ya nos la hemos comido, compañerxs.
1)
Brigitte Vasallo,
Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p 80
2)
Brigitte Vasallo,
Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p164
3)
Brigitte Vasallo,
Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p33
4)
Brigitte Vasallo,
Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p171
5)
Brigitte Vasallo,
Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p180
6)
Brigitte Vasallo,
Pensamiento monógamo terror poliamoroso, 2018, p78-79