Ayer por la noche terminaba el día releyendo el periódico para enterarme de lo malo y bueno que había ocurrido en “el mundo de la pasada semana” (yo os recomiendo realizar esto cada domingo, la lectura es muy importante, sobre todo en estos días en los que el mundo necesita muchísimo a buenas personas, a personas que se interesen por él mismo, por su mundo). Tras noticias de maltrato machista, corrupción, homofobia, racismo y demás desgracias, llegué a la página que me había dejado para el final, pues hablaba de la Iglesia, esa Iglesia que Francisco trata de reparar, y en el cual yo he depositado muchas esperanzas, relacionadas claro es con la homosexualidad, la mujer y la Iglesia pero, también con el voto de pobreza, tan importante, o eso creí yo, para los sacerdotes (y no me tachen de usar lenguaje sexista, ya que desgraciadamente en la Iglesia católica sólo hay sacerdotes varones…). Esa noticia relataba los tejemanejes, mentiras y sinvergonzonerías del obispo de Limburgo. Resulta que este tragón en cuestión vivía en una mansión, la cual reformó hace años por un valor según él, de 2’5 millones de €, los cuales, se multiplicaron como panes y peces “milagrosamente”. Claro, el pobre tragón de nombre quilométrico (como su cuenta bancaria): Franz-Peter Tebartz-van Elst, hubo de admitir que la reforma había costado un pellizquito más, un pellizquito que sumado con la desbordante cantidad de 2’5 millones de €, llegaron a los 30 millones y se piensa que pueden llegar a los 40…
Bueno ¿Voto de pobreza? ¿Piensan que vamos a tolerar este robo? Miren, yo sólo les puedo decir una cosa, ese señor no puede ser quién enseñe a los feligreses de Limburgo la Sagrada Escritura ¡Es imposible! Y como este señor habrá miles, eso es lo más asqueroso de todo… Y no estoy siendo nada radical, y pensaréis que soy ateo, pues no lo soy, yo soy católico, y no voy a decir nunca más lo de que soy católico especial por ser como soy, creer lo que pienso y pensar lo que creo.
Antes me referí al nuevo papa, yo como os he adelantado antes, tengo muchísima esperanza en sus actos y en su predisposición, que creo yo que tiene, por cambiar el camino de la podrida alta jerarquía eclesiástica ¡Que huele mal! Así de claro os lo digo, esa alta jerarquía me parece lo más inútil del toda la Iglesia, después claro está de la simbología de oro (yo que pensaba que no éramos iconoclastas) que lucen estos sinvergüenzas y las riquezas que tendrán muchos almacenada en sus cuentas bancarias (sí, habéis oído bien, cuentas bancarias de los altos siervos de Dios). El Dios, en el que yo creo no es el mismo entonces que los de estos buitres asquerosos que se atreven a predicar la humildad y la pobreza como virtudes… Retomando el tema de papa, él tiene una gran labor, pero como dice el sacerdote de mi pueblo, “cállate y comienza a hacer”, y no digo que este papa no haya realizado ningún cambio, afortunadamente destituyó al obispo que encubría las violaciones a niños y niñas que efectuaban ciertos eclesiásticos de renombrado nombre, afortunadamente ha hablado de la homosexualidad sin mentar a Satanás, no del matrimonio homosexual, pero oye al menos algo es algo… Sí Francisco ha hecho cosas (Citando al presidente Rajoy describiendo a las personas catalanas y su labor), pero habla más que hace, y eso es muy peligroso.
Mirad, yo no estoy muy de acuerdo con que haya un alta jerarquía, no que vivan en palacios, ni tan siquiera estoy de acuerdo en que todos sean hombres, y en próximos artículos explicaré porqué, ahora lo que me atañe es hablar de este robo. No podemos tolerar que un ignorante nos diga que la Iglesia no está para solucionar la pobreza, porque para eso ya está Caritas, no podemos dejar que estas cosas ocurran más, ni tenemos que cambiar todo esto. Y como hizo Jesucristo con aquellos mercaderes que estaban en la casa de su padre, hemos de echar a estos nuevos mercaderes o comerciantes del lujo de la casa de Dios, que también es la casa de la justicia, el amor, y en resumidas cuentas el bien y la felicidad, que como estoy seguro que Platón hubiese dicho, son la misma idea. Y os lo dice un católico, que intenta pensar antes de hablar, aunque no siempre lo consiga.
Bueno ¿Voto de pobreza? ¿Piensan que vamos a tolerar este robo? Miren, yo sólo les puedo decir una cosa, ese señor no puede ser quién enseñe a los feligreses de Limburgo la Sagrada Escritura ¡Es imposible! Y como este señor habrá miles, eso es lo más asqueroso de todo… Y no estoy siendo nada radical, y pensaréis que soy ateo, pues no lo soy, yo soy católico, y no voy a decir nunca más lo de que soy católico especial por ser como soy, creer lo que pienso y pensar lo que creo.
Antes me referí al nuevo papa, yo como os he adelantado antes, tengo muchísima esperanza en sus actos y en su predisposición, que creo yo que tiene, por cambiar el camino de la podrida alta jerarquía eclesiástica ¡Que huele mal! Así de claro os lo digo, esa alta jerarquía me parece lo más inútil del toda la Iglesia, después claro está de la simbología de oro (yo que pensaba que no éramos iconoclastas) que lucen estos sinvergüenzas y las riquezas que tendrán muchos almacenada en sus cuentas bancarias (sí, habéis oído bien, cuentas bancarias de los altos siervos de Dios). El Dios, en el que yo creo no es el mismo entonces que los de estos buitres asquerosos que se atreven a predicar la humildad y la pobreza como virtudes… Retomando el tema de papa, él tiene una gran labor, pero como dice el sacerdote de mi pueblo, “cállate y comienza a hacer”, y no digo que este papa no haya realizado ningún cambio, afortunadamente destituyó al obispo que encubría las violaciones a niños y niñas que efectuaban ciertos eclesiásticos de renombrado nombre, afortunadamente ha hablado de la homosexualidad sin mentar a Satanás, no del matrimonio homosexual, pero oye al menos algo es algo… Sí Francisco ha hecho cosas (Citando al presidente Rajoy describiendo a las personas catalanas y su labor), pero habla más que hace, y eso es muy peligroso.
Mirad, yo no estoy muy de acuerdo con que haya un alta jerarquía, no que vivan en palacios, ni tan siquiera estoy de acuerdo en que todos sean hombres, y en próximos artículos explicaré porqué, ahora lo que me atañe es hablar de este robo. No podemos tolerar que un ignorante nos diga que la Iglesia no está para solucionar la pobreza, porque para eso ya está Caritas, no podemos dejar que estas cosas ocurran más, ni tenemos que cambiar todo esto. Y como hizo Jesucristo con aquellos mercaderes que estaban en la casa de su padre, hemos de echar a estos nuevos mercaderes o comerciantes del lujo de la casa de Dios, que también es la casa de la justicia, el amor, y en resumidas cuentas el bien y la felicidad, que como estoy seguro que Platón hubiese dicho, son la misma idea. Y os lo dice un católico, que intenta pensar antes de hablar, aunque no siempre lo consiga.