Todos hemos visto o conocemos la película de Disney “Frozen”
y de hecho muchos se aventuran a decir que tiene un significado oculto. Es
decir, que es una metáfora del hecho de “salir del armario” (permitidme esta
licencia), lo cual es otra metáfora, con lo cual tenemos dos opciones, la
primera sería la de aceptar el hecho de que es una alegoría, o no reconocerlo y
entrar en un boqueo espacio temporal y simplemente convertirnos en una planta
naranja lima. Yo me decantaré por la primera, ya suficientes quebraderos de
cabeza tenemos para sumar uno más.
Por consiguiente, si algunos padres, digamos, no muy
alegres con el hecho de que la comunidad LGTBI esté consiguiendo derechos (por
el simple hecho de ser humanos y tener muy buen gusto), descubren esta metáfora
oculta tras hielo y mucha felicidad, seguramente prohibirán ver esta película a
sus hijos, y tendrán un maratón de cine Disney para descubrir otras posibles
amenazas ocultas en dichas satánicas películas para de nuevo prohibirlas y
hablar mal de ellas con sus amigos y amigas (Si supiesen lo que diría Agrado,
de “Todo sobre mi madre”, sobre sus bocas…).
Yo no tengo ni idea de si esto es cierto o no, aunque
desde luego me parecería un poco rocambolesco y comparable a la censura de la
postguerra en España, cuando poetas sociales como Blas de Otero debían hacer
todas las peripecias metafóricas que la lingüística les permitía, para evitar
que dos borrachos primates les censurasen. Y con esto ya digo, que si hemos
aguantar que un porcentaje, no el mayoritario, pero sí significativo, sólo
pueda tener una escasa representación y encima oculta en medios, cine, música y
demás, en pleno 2015 casi, vamos de “culombio”.
Y verdaderamente es triste que aún haya gente así,
afortunadamente los hijos también tienen cerebro y la conciencia es inherente a
ellos. Sin embargo, hay familias tan cogidas por las garras del patriarcado (cada
uno de forma gradual, porque desgraciadamente casi todos tenemos algo de
patriarcado metido en el cerebro, todavía…) que les parece totalmente normal que
su hijo querido… Mejor pondré un ejemplo con nombres totalmente inventados (o
eso espero):
José Carlos Estíbaliz es un hombre de 43 años, alto rubio
con ojos azules, éxito profesional. Su esposa Brunilda Casapúrpura, es guapa
alta, delgada, morena y también con éxito profesional. Ambos tiene 4 hijos la
primera es Casilda, el segundo es Cornelio, el tercero se llama José Carlos,
como su padre (¡Es tan emotivo!) y la última es Maléfica. Bien pues a maléfica
no le gusta ni el rosa, ni las muñecas ni jugar a peinarse, de hecho todo lo
contrario, prefiere irse con su hermano José Carlos (los ojitos de papá) a
jugar a las peleas. Cornelio, no obstante, prefiere quedar con su hermana
Casilda (la favorita de mamá) para tomas pastas y hablar de moda.
Habréis percibido el problema de esta supuestamente
inexistente familia ¿Verdad? Exactamente tiene dos problemas, el primero es la
falta de originalidad del padre, y el segundo son sus hijos Maléfica y Cornelio.
¿Por qué tanta gente e incluso padres tienen tanto miedo
de que sus hijos sean diferentes? ¿Por qué fomentamos un único concepto de
feminidad o masculinidad? ¿Por qué si vemos a un niño jugando con muñecas,
automáticamente decimos que es una “nenaza” u homosexual? ¿Por qué si a una
niña le gusta el futbol es una “marimacho” u homosexual? ¿Por qué José Carlos
tiene tan poca creatividad?
Y ahí quiero llegar, Hay innumerables familias que se
escandalizan al ver dos hombres besándose en un anuncio porque sus hijos
podrían trastornarse o convertirse en asesinos a sueldo, además de “neopopulistas”
y comunistas. Sin embargo están totalmente felices de que a sus hijos les guste
el futbol y que a sus hijas las cocinitas y peinarse.
Entonces le preguntas a un padre que no es machista pero
en realidad sí, es decir, es “neomachista” ¿Tú profesas que tu hija sólo se
interese por peinarse? No digo ya otras mujeres, sino tu propia hija, tú propia
sangre, una persona de las que más quieres en este mundo ¿de verdad? La respuesta
seguramente es que no. Eso es al menos lo que yo quiero y deseo creer.
Además, me parece muy interesante analizar los conceptos
de feminidad y masculinidad, tan resumidos para el patriarcado. Esas familias
intentan proteger a sus hijos de “amenazas LGTBI (la comunidad donde hay más
tolerancia en el mundo)”. No obstante lanzan a sus propios hijos (que recuerdo
que también tienen cerebro y conciencia)
a pensar como ellos, como el patriarcado les dicta y asociar lo
diferente a la rareza, al homosexual (no diré los términos que usan porque ya
los conocemos todos y ¿Para qué más?)…
¿No nos damos cuenta? El patriarcado (que si no sabéis lo
que es os aconsejo que busquéis a la gran “Irantzu Barela” en Youtube) odia a
la comunidad LGTBI, que junto a las mujeres y hombres feministas y
heterosexuales (y por supuesto de diferentes razas), somos los que hemos sacado
a la luz que la masculinidad y la feminidad son conceptos amplios y ricos, no
simples y únicos. Esto al patriarcado no le interesa y por consiguiente,
sirviéndose de innumerables medios convirtió en locos y enfermos (desde
siempre, desafortunadamente) a los miembros del colectivo LGTBI, y así
perpetuar su concepto simple de masculinidad y feminidad. Así, cuando una
persona de deriva de ese concepto, es homosexual o invertido. El patriarcado ha
sabido usar (porque se lo hemos permitido) un peligro para sí mismo, como amenaza
universal. Digamos que ha pluralizado el miedo que les tiene a las personas del
colectivo (ayudados siempre por las mujeres y hombres feministas, ahí está en
concepto de “interseccionalidad” de Ángela Davis).
Esto es lo que a mí me fastidia, esos padres, que
afortunadamente cada día son menos, intentando prevenir a sus hijos,
enseñándoles los conceptos de masculinidad y feminidad erróneos, de esa
supuesta enfermedad inexistente, en realidad los están llevando al bando de la
discriminación y del machismo.
Habrá niños que prefieran los coches, pero no debemos
asustarnos si de vez en cuando prefiere jugar con su hermana, y viceversa. No
digo que debemos comprar a los niños ahora todas las muñecas existentes o comprar
a las niñas cascos para que se peleen. Cada cual sabrá lo que prefiere, porque
señores, ¡se nace, no se hace! Y ya comentaremos algunos de los tópicos que
existen hacia la comunidad LGTBI, que ya va siendo año.
¡Ah y feliz año
nuevo! Que sea muy bueno, largo, feliz y todas esas cosas bonitas, pero sobretodo, que sea. ¡FUERZA PARA TOD@S!