La maravillosa película que enlazamos
hoy se trata de un manifiesto a favor de la diversidad de expresiones de
género, lo que yo suelo llamar como heteronormatividad o no heteronormatividad.
Y procedo rápidamente al resumen enfocándolo en las partes que más me interesan
para destacar el propio manifiesto. Así que aviso desde ya que los detalles no
serán objeto de precisión. Además también quiero avisar que como gay no puedo
opinar sobre las expresiones de género de las mujeres lesbianas, o personas
bisexuales, entre otrxs miembros del colectivo LGTBI/GSRDI.
Resulta entonces que una
pareja de hombres homosexuales (Sam y Eric), con sus diferentes gradualidades
de expresión de género, habrán de acoger en su casa a Scot, el hijo de la novia
fallecida del hermano de Sam. Este niño de 11 años resulta ser un chico no
heteronormativo: da besos a otros niños, adora los musicales, se maquilla, no
le gustan los deportes asociados típicamente a roles masculinizados, disfruta
de la cocina, es muy sensible y viste con ropa poco asociada a roles
masculinizados, de nuevo. El problema viene cuando uno de los miembros de la
pareja de acogida, Eric, ve en Scot carne de cañón para el acoso escolar de sus
compañerxs. Esto genera gran estrés a Eric, un deportista retirado que, pese a
tener pareja estable, sigue ocultando su orientación sensual. Ese estrés pasará
a Scot y debido a su gran admiración hacia Eric tratará de agradarle copiando
su expresión de género, aunque eso signifique dejar de ser, completamente, él
mismo. Afortunadamente Eric se dará cuenta de lo que está haciendo a Scot y
decidirá dar el paso y hablar abiertamente de su orientación sexual y sensual.
Esto le dará las fuerzas suficientes para aceptar a Scot tal y como era, lo
cual su vez hará que Scot supere todas las inseguridades que Eric le impuso
indirectamente.
Lo que se hace en esta
película es muy importante para el colectivo: poner en tela de juicio la ética
de las personas que no toleran las diferentes expresiones de género, ya no de
otrxs adultxs, sino de niñxs, para así mostrar que muchas veces somos lxs
adultxs quiénes inculcamos la discriminación en la infancia de otrxs. Vemos que
Eric cree que transformando a Scot en alguien que no es conseguirá que no lo
discriminen. Afortunadamente a lo largo de la película se da cuenta de que
realmente le importaba más qué pensaban sobre él, cuando acompañaba a Scot, que
lo que le pasaran otrxs chiquillxs (que evidentemente también le preocupaba, no
penséis que es un monstruo sin corazón).
Muchxs niñxs, sobretodo
LGTBI/GSRDI, han expresado su género de manera no convencional. De mi niñez
recuerdo la alegría al disfrazarme de payaso: maquillaje y una especie de
túnica larga amarilla con botones de cartulina rojos, ¿se podía pedir más? Todo
fue correcto hasta que me lo puse un día en que no tocaba disfrazarse, supongo
que no debí haber movido la túnica como si fuera una falda ¿Demasiado femenino?
No volví a ver ese disfraz. Claro que decir en el colegio que me gustaría ser
una niña no fue muy buena idea, sobretodo en un colegio religioso del opus dei,
claro. Y la culpa era mía. Al fin y al cabo tanto las faldas, como las muñecas,
como las cocinitas, el maquillaje y demás eran “cosas de niñas”, ¿no? ¿Cómo no
querría ser una niña? ¡si me estáis diciendo que todo lo que me gustaba era “de
niñas”! ¡Si yo quería tener novio y no novia! Yo no soy una persona
transgénero, creo que estoy satisfecho con mi género, pero, ¿qué queréis? ¡Si
todo lo que me gustaba era de niñas! ¿qué remedio me quedaba? Claro, luego
descubres el significado de maricón,
expresión de género, no heteronormatividad u orientación; y todo te concuerda.
Resuelves tus dudas. Yo aceptaba mi género impuesto, me imaginaba de chico,
ahora que no me quitasen mi sombrita de ojos ni mis muñecas… Las personas
transgénero y transexuales todavía tiene que demostrar que no concuerdan con su
género impuesto (lo cual no necesariamente significa genitales, por supuesto).
La despatologización todavía es una quimera en muchos países, incluido en
nuestro.
Luego ya creces, sales del
armario y lo primero que te dicen es que guardes la pluma. Te lo dicen en casa,
te lo dicen en la calle personas desconocidas y, ¡oh! Te lo dicen otros hombres
homosexuales. Con 18 años recién salidito del armario lo primero que haces es
inscribirte en una de estas aplicaciones para encontrar pareja o simplemente
tener relaciones sexuales. Y tras bucear en una lago de LGTBIfobia, gordofobia,
machismo e incluso clasismo y racismo consigo contactar con alguien, ¡oh!
¡Sorpresa! ¿Tienes pluma? Afortunadamente mi respuesta fue un sí mayúsculo,
procedí a borrarme de esas aplicaciones y sigo sin entrar desde ese momento, ya
veremos como cambia el futuro, yo desde luego, no pienso cambiar u ocultar cómo
soy. Si he salido del armario es para no volver a entrar. Gracias.
Concluyo ya alabando esta
película, vedla, es preciosa, os lo aseguro. Sí, Eric sigue siendo Eric tras
salir del armario, aunque le quedaría bien no se pone pintalabios o sombra de
ojos. Tampoco se pone un foulard, eso sí, respeta y admira a quiénes sí quieren
ponérselos. Y en eso consiste todo: dejar que las personas sean quiénes
verdaderamente son. Si eres un hombre homosexual heteronormativo ¡Enhorabuena!
Así es nuestra diversidad. Ahora bien, deberás respetar a quiénes no lo somos o
al menos tenemos otras gradualidades. En el colectivo se nos debe acoger a
todxs, a mí y a ti también.