11/09/2014

Má$$$ @llá de lo Polít!co...

Podríamos preguntarnos de qué signo político es Dios (para los lectores no creyentes: sustituid la palabra “dios” por la figura de Dios de católicos. Yo pienso que Dios existe pero respeto cualquier opinión, siempre que me respeten a mí, evidentemente…), así como pregunta existencial de la semana. Claro que por otra deberíamos plantearnos el origen de los partidos políticos, que no es otro que el de la disparidad de ideas, a las cuales cada usuario considera como ciertas, pues si no las tendrían como ideas u opiniones.

Ya Platón, o incluso Sócrates nos decían (u opinaban) que una cosa era opinión y otra muy diferente la verdad. La  Por ende si Dios es verdad, no tiene opiniones falsas, tendrá la correcta, la verdad, valga la redundancia.
Es decir, que tras todo este lío cochambroso podemos concluir que como Dios es verdad, es apolítico, ya que Dios no es humano, o al menos no un humano común. Es lógico, algo fundado por los humanos no puede ser característico de una divinidad que como definición propia es superior a su creación.    
La política es una herramienta de gobierno, y hay pluralidad porque los humanos somos así, plurales y diferentes, es por eso mismo que la política, nada tiene que ver con Dios. Es evidente que los objetivos políticos sí que tienen que ver con Dios, por supuesto, ya que muchos de estos son la igualdad o la justicia, lo que estoy afirmando es que la política como entidad, como partido o como signo político no tiene nada que ver con Dios, o al menos así lo veo yo.


Recuerdo haber leído y escuchado un pasaje bíblico en el que Jesucristo echaba de un templo a ciertos mercaderes, ya que sus actividades, nada tenían que ver con lo que se hacía en ese templo, ya que como templo que es está hecho para orar, pensar pero no para hacer trueques, porque los trueques nada tienen que ver con Dios.
Hasta aquí todo parece bastante lógico, sé que aunque lo lógico parezca verdadero, no siempre lo es, de ahí que existan las llamadas falacias, mas creo que no estoy dentro de ese terreno.

De acuerdo, ahora os relataré una escena que ocurre en mi pueblo Paterna (y seguramente en muchos más) anualmente, para las fiestas, claro y que sobretodo este año me ha resultado muy curiosa: Vemos finalizar la misa (una misa no común, ya que en ella se encuentran la alcaldesa, sus concejales y otros festeros y miembros de la Real Cofradía del Cristo de la Fe o RCCF) pero antes de ello se acerca el presidente de la RCCF un tal A. Baviera, al que a partir de ahora llamaremos “el Cacique”. Pues bien, el cacique se acerca “al estrado” y se dispone a dar un discurso de estos que claramente se ha preparado con ayuda de la “wikipedia” deshaciéndose en alabanzas por la nueva alcaldesa no electa de PP. Que si ha mostrado humildad accediendo a llevar la alcaldía, que si es una exquisita paternera, y demás piropos… ¿No os parece insultante? Yo soy católico y no soy, fui ni seré (espero) del PP y desde luego no creo que fuese el único, entre otras cosas porque aquella misa en concreto era una misa típica de una celebración tradicional en Paterna y había personas ateas, socialistas, de derechas, de izquierdas, anarquistas, homosexuales (vamos habría de todo, no sólo adeptos del PP)… No obstante no es que sea solamente eso sino es que está alabando a una señora que ha conseguido la alcaldía de una manera bastante antidemocrática, aunque muy acorde con nuestra ley electoral actual. Mas, olvidémonos de los humanos por un segundo ¿Qué tenía que ver un signo político con Dios? Pues como comentamos anteriormente nada.


Como rápido final podríamos criticar al cacique venido a menos de turno, y simplemente diré como en cierta película “Yo no le voté” (Anda como los paterneros a la nueva alcaldesa…). Haremos algo más, analizar la figura del señor Párroco. ¿Cómo permite que se hable de esas cuestiones dentro de una Iglesia? ¿No recuerda la lectura de aquel pasaje bíblico en el que Jesús expulsó a los mercaderes de un templo? En fin, yo sólo pediría que en la casa de Dios se respetara un poco más a las personas que asisten a misa por la razón que sea. La Iglesia no es un recinto privado de un partido político así que señor cacique, guárdese sus discursos políticos para usted o para otro lugar, desde luego no en este. Y señor párroco, estaría bien que se respetase un poquito más a las personas que asistimos a misa y no somos políticos, ni festeros ni de la corte de honor (de la que también hablaré pronto). Gracias y buenos días…