Primero de todo, algún apunte más bien de carácter
burocrático, y es que, como de hecho, ya existe un blog con el nombre Cinétika, cambiaré el nombre de esta sección por la de C!nemá!c@. Sé que no existen derechos de autor ni nada de eso, pero
es más bien por “respeto bloguero”, ahora bien, no lo cambio más que luego se nos
pondrá la cabeza como un bombo y tampoco querría ponernos en esa tesitura, que
ya bastante hacéis adentrándoos al tenebroso mundo de mi escritura y por ende
pensamiento; algún día quizá os debería explicar la razón de que en los títulos
use los caracteres @, ! y $.
Quizá logre sorprenderos ¡Más de lo normal! Evidentemente.
Es cierto que este análisis que pretendo hacer puede pecar
de generalizador, pero qué sé yo, tenía ganas de poner por escrito unos
pensamientos que siempre tengo en la cabeza cuando veo cine, sobretodo cine
LGTBI/GSRDI que desde ahora paso a llamar cine del colectivo para abreviar.
Es obvio para lxs adeptos del cine que existe
fundamentalmente un cine independiente y uno más comercial, y dentro del cine
orientado en el colectivo no iba a ser de otro modo, aunque bien sea cierto que
la mayoría de este cine sea independiente y por ende más precario ¡Ojo! Que
precario no significa malo, es más, en el cine del colectivo acostumbra a pasar
radicalmente lo contrario ¿Entonces por qué lo digo? ¿Pues que no os avisé que
mi mente es muy oscura?
Tampoco es muy impreciso decir que lo comercial suele estar
enfocado en conseguir dinero, dejando algunas veces los objetivos artísticos
del cine como meros convidados de piedra. Por tanto primándose el hecho de
agradar a un público mayoritario y adinerado ¿Quién? Pues los hombres blancos,
heterosexuales, cisgénero y sin diversidad funcional y constitución más bien
atlética. Excluyéndose al colectivo, al colectivo de personas negras,
asiáticas, latinas y demás razas diferentes a la blanca, excluyéndose
nuevamente a las personas con diversidad funcional reservándolas para escasas
películas donde ellxs son lxs protagonistas y o bien quieren morirse (sobre la
eutanasia ya hablaremos, desde luego lo que no es válido es que se relate en el
cine a toda personas con diversidad funcional como personas que solo piensa en
dejar de vivir, de todo habrá ¿No?) o son realmente películas que cuentan
historias de superación y lucha (como Mar
adentro, si os parece contradictorio vedla) o de llanto o alegría. Y bueno,
obviamente no excluyen a las mujeres ¡Por Dios son más del 50% de la población del
planeta! ¡Sería harto complicado y sospechoso! ¡Ahora bien! Esconden, a menudo,
las temáticas de lucha feminista y las relevan a meras convidadas y atrezo de
lo que hace un protagonista masculino o femenino muy en acuerdo con lo que
dicta el patriarcado.
Es evidente que si preguntáis por películas del colectivo
LGTBI/GSRDI la mayoría te va a decir Brokeback
mountain, sí, una historia muy bella entre dos hombres, mas estaremos de
acuerdo con que no atenta mucho contra el patriarcado, sobretodo teniendo en
cuenta el papel de las esposas de ambos protagonistas. Porque agradeceríamos
que el cine del colectivo también fuera feminista, que además son luchas que
casan muy bien.
Supongo que son gajes del cine comercial del colectivo, solo
aparecemos los hombres homosexuales la mayoría de ocasiones, además los
protagonistas o están totalmente dentro del armario opresor y en el caso en que
salgan de él mueren de forma indescriptiblemente sádica, o son blancos y muy
masculinos ¡Cómo si los hombres homosexuales cisgénero no pudriéramos llevar un
bolso o gestualizar lo que no diera la gana o ser negros! O eso, o nos ponen
como estereotipos andantes alegando implícitamente que solo nos preocupa vestir
bien e ir al gimnasio ¡Cómo si los gais no pudiéramos ser delgados, gordos,
vestir regular, muy mal u odiar el cachemir! ¡Hay de todo! ¡Más diversidad en
el cine comercial por favor!
¿No nos falta alguien? ¡Pues claro! Me estoy refiriendo al
resto del colectivo, a las lesbianas, lxs transexuales y transgénero,
pansexuales, bisexuales, polisexuales, demisexuales, intersexuales, personas
con géneros no binarios, asexuales, es decir personas con géneros,
sexualidades, romanticismos, orientaciones diversas e intersexuales a parte de
los hombres blancos, cisgénero, sin diversidad funcional y con cuerpos y
actitudes que complacen al patriarcado (¡Ojo! Que no significa que ser muy
masculino y tener un cuerpo musculado y sin una imperfección sea malo ¡Todo lo
contrario! ¡Todos los cuerpos y actitudes son correctas! Siempre y cuando
respeten los DDHH y a las demás identidades ¡Pero es lo de siempre!
¡Sobrevisibilizar a unos y esconder a otrxs!). Pues queridxs, eso no es
rentable, tenemos que irnos al cine independiente, y tampoco nos hagamos muchas
ilusiones. Es cierto que el cine comercial de vez en cuanto tiene protagonistas
lesbianas o transexuales (La chica danesa),
pero como en el caso de los gais, no detallas con exactitud ni mucho menos sus
realidades diversas.
No nos hacemos ilusiones, no, eso sí tampoco nos deprimimos
ahora ¡Eh! Hay verdaderas buenas películas independientes e incluso comerciales
(Boys don’t cry por ejemplo, aunque
con sus pegas…), aunque admitámoslo, no son la mayoría ni muchísimo menos. En
mi opinión películas tremendas como Shelter,
To wong foo, The hours (aunque por su reparto pueda ser considerada como cine
comercial… Es cierto que hay un cine independiente más comercial y un cine
comercial más independiente), Romeos,
Something must break, Ma vie en rose, Get real, Prayers for Bobby
y tantas otras que no digo porque sino no acabaría nunca.
Con esta comparación
vengo a referir que en el cine sobretodo independiente, muchas de las personas
LGTBI/GSRDI hemos encontrado historias con las que identificarnos, y esto es
fundamental para adolescentes del colectivo en entornos peligrosos o no del
todo respetuosos ante su orientación sexual o identidad. Es por esto por lo que
es tan importante que desde el colectivo se incentive y potencie el cine LGTBI/GSRDI,
supone muchísimas veces una voz amiga que te anima a seguir luchando cuando
temes contar cómo eres realmente o a quién amas. Y si a muchos gais nos
resultaron esperanzadoras muchas historias de personas como nosotros, no me parece
descabellado admitir que el resto de personas GSRDI también merecen ser
representadas en películas ¡Que se cuenten sus luchas! ¡Qué se cuenten sus
historias de amor! Y que sobretodo, que no siempre nos maten sádicamente, no
todas las historias del colectivo han acabado mal.