26/09/2016

C!nemát!c@ (III): visibilidad LGTBI/GSRDI en el cine transversal

Primero de todo, algún apunte más bien de carácter burocrático, y es que, como de hecho, ya existe un blog con el nombre Cinétika, cambiaré el nombre de esta sección por la de C!nemá!c@. Sé que no existen derechos de autor ni nada de eso, pero es más bien por “respeto bloguero”, ahora bien, no lo cambio más que luego se nos pondrá la cabeza como un bombo y tampoco querría ponernos en esa tesitura, que ya bastante hacéis adentrándoos al tenebroso mundo de mi escritura y por ende pensamiento; algún día quizá os debería explicar la razón de que en los títulos use los caracteres @, ! y $. Quizá logre sorprenderos ¡Más de lo normal! Evidentemente.

Es cierto que este análisis que pretendo hacer puede pecar de generalizador, pero qué sé yo, tenía ganas de poner por escrito unos pensamientos que siempre tengo en la cabeza cuando veo cine, sobretodo cine LGTBI/GSRDI que desde ahora paso a llamar cine del colectivo para abreviar.

Es obvio para lxs adeptos del cine que existe fundamentalmente un cine independiente y uno más comercial, y dentro del cine orientado en el colectivo no iba a ser de otro modo, aunque bien sea cierto que la mayoría de este cine sea independiente y por ende más precario ¡Ojo! Que precario no significa malo, es más, en el cine del colectivo acostumbra a pasar radicalmente lo contrario ¿Entonces por qué lo digo? ¿Pues que no os avisé que mi mente es muy oscura?
Tampoco es muy impreciso decir que lo comercial suele estar enfocado en conseguir dinero, dejando algunas veces los objetivos artísticos del cine como meros convidados de piedra. Por tanto primándose el hecho de agradar a un público mayoritario y adinerado ¿Quién? Pues los hombres blancos, heterosexuales, cisgénero y sin diversidad funcional y constitución más bien atlética. Excluyéndose al colectivo, al colectivo de personas negras, asiáticas, latinas y demás razas diferentes a la blanca, excluyéndose nuevamente a las personas con diversidad funcional reservándolas para escasas películas donde ellxs son lxs protagonistas y o bien quieren morirse (sobre la eutanasia ya hablaremos, desde luego lo que no es válido es que se relate en el cine a toda personas con diversidad funcional como personas que solo piensa en dejar de vivir, de todo habrá ¿No?) o son realmente películas que cuentan historias de superación y lucha (como Mar adentro, si os parece contradictorio vedla) o de llanto o alegría. Y bueno, obviamente no excluyen a las mujeres ¡Por Dios son más del 50% de la población del planeta! ¡Sería harto complicado y sospechoso! ¡Ahora bien! Esconden, a menudo, las temáticas de lucha feminista y las relevan a meras convidadas y atrezo de lo que hace un protagonista masculino o femenino muy en acuerdo con lo que dicta el patriarcado.
Something must break

Es evidente que si preguntáis por películas del colectivo LGTBI/GSRDI la mayoría te va a decir Brokeback mountain, sí, una historia muy bella entre dos hombres, mas estaremos de acuerdo con que no atenta mucho contra el patriarcado, sobretodo teniendo en cuenta el papel de las esposas de ambos protagonistas. Porque agradeceríamos que el cine del colectivo también fuera feminista, que además son luchas que casan muy bien.
Supongo que son gajes del cine comercial del colectivo, solo aparecemos los hombres homosexuales la mayoría de ocasiones, además los protagonistas o están totalmente dentro del armario opresor y en el caso en que salgan de él mueren de forma indescriptiblemente sádica, o son blancos y muy masculinos ¡Cómo si los hombres homosexuales cisgénero no pudriéramos llevar un bolso o gestualizar lo que no diera la gana o ser negros! O eso, o nos ponen como estereotipos andantes alegando implícitamente que solo nos preocupa vestir bien e ir al gimnasio ¡Cómo si los gais no pudiéramos ser delgados, gordos, vestir regular, muy mal u odiar el cachemir! ¡Hay de todo! ¡Más diversidad en el cine comercial por favor!
¿No nos falta alguien? ¡Pues claro! Me estoy refiriendo al resto del colectivo, a las lesbianas, lxs transexuales y transgénero, pansexuales, bisexuales, polisexuales, demisexuales, intersexuales, personas con géneros no binarios, asexuales, es decir personas con géneros, sexualidades, romanticismos, orientaciones diversas e intersexuales a parte de los hombres blancos, cisgénero, sin diversidad funcional y con cuerpos y actitudes que complacen al patriarcado (¡Ojo! Que no significa que ser muy masculino y tener un cuerpo musculado y sin una imperfección sea malo ¡Todo lo contrario! ¡Todos los cuerpos y actitudes son correctas! Siempre y cuando respeten los DDHH y a las demás identidades ¡Pero es lo de siempre! ¡Sobrevisibilizar a unos y esconder a otrxs!). Pues queridxs, eso no es rentable, tenemos que irnos al cine independiente, y tampoco nos hagamos muchas ilusiones. Es cierto que el cine comercial de vez en cuanto tiene protagonistas lesbianas o transexuales (La chica danesa), pero como en el caso de los gais, no detallas con exactitud ni mucho menos sus realidades diversas.

No nos hacemos ilusiones, no, eso sí tampoco nos deprimimos ahora ¡Eh! Hay verdaderas buenas películas independientes e incluso comerciales (Boys don’t cry por ejemplo, aunque con sus pegas…), aunque admitámoslo, no son la mayoría ni muchísimo menos. En mi opinión películas tremendas como Shelter, To wong foo, The hours (aunque por su reparto pueda ser considerada como cine comercial… Es cierto que hay un cine independiente más comercial y un cine comercial más independiente), Romeos, Something must break, Ma vie en rose, Get real, Prayers for Bobby y tantas otras que no digo porque sino no acabaría nunca.


 Con esta comparación vengo a referir que en el cine sobretodo independiente, muchas de las personas LGTBI/GSRDI hemos encontrado historias con las que identificarnos, y esto es fundamental para adolescentes del colectivo en entornos peligrosos o no del todo respetuosos ante su orientación sexual o identidad. Es por esto por lo que es tan importante que desde el colectivo se incentive y potencie el cine LGTBI/GSRDI, supone muchísimas veces una voz amiga que te anima a seguir luchando cuando temes contar cómo eres realmente o a quién amas. Y si a muchos gais nos resultaron esperanzadoras muchas historias de personas como nosotros, no me parece descabellado admitir que el resto de personas GSRDI también merecen ser representadas en películas ¡Que se cuenten sus luchas! ¡Qué se cuenten sus historias de amor! Y que sobretodo, que no siempre nos maten sádicamente, no todas las historias del colectivo han acabado mal.