05/03/2020

Cinemátic@ (XII): La !mport@nc!@ del prínc!pe


Siento la picardía del título pero de vez en cuando se nos permite alguna licencia. No, evidentemente no me he vuelto monárquicx, vengo a hablar de El príncipe de Bel-Air, aquella serie de la NBC emitida entre los años 1990-1996 protagonizada por Will Smith. Una de las primeras series televisivas con protagonistas negrxs que marcaría un antes y un después en la industria televisiva y cinematográfica. No quiero ser inexacto y es cierto que no fue la primera serie con impacto mundial protagonizado personas negras, tenemos claros ejemplos como La hora de Bill Cosby o Cosas de casa, no obstante sus impactos sí fueron menores en comparación. Además, seré sincerx, la protagonizada por Will Smith es mi favorita, no seré ninguna autoridad pero yo ahí lo dejo.


En cuanto al tema de progreso antipatriarcal, sensibilidad de clase y derechos LGTBIAQ+ la serie que nos ocupa no ha sido ni mucho menos innovadora, siendo generosxs. En cuanto a diversidad El príncipe de Bel-Air no sacaría mucha nota en ningún test estandarizado, sin embargo creo que pese a que la interseccionalidad nos ha enseñado a no separar las opresiones sino a luchar contra todas ellas es igual de verídico el hecho de que no debemos olvidar la singularidad de cada opresión. Leer Mujeres, raza y clase de la gran Angela Davis ayuda a reafirmarse en lo enunciado previamente.


La representación de los colectivos oprimidos siempre ha sido menor que la de los opresores, de Perogrullo, entonces llegan series como la que comentamos y empiezan a subvertir el sistema. Referentes y referentes, lo hemos comentado infinidad de veces en este Blog que se me hace imposible referenciarlas todas. Como blancx no puedo imaginarme lo que debe suponer para unx joven negrx el poder referenciarse por fin en alguien racializadx y lo que debió suponer que lxs blancxs encontraran en lxs protagonistas de la serie diferentes referentes indiferentemente de su color de piel. Es importante por otra parte y haciendo un inciso diferenciar el término racialidadx de raza. Raza en nuestra especie solo hay una, lo que ocurre y lo que nos explican lxs antropólogxs y las personas no blancas es que circunstancialmente lxs blancxs has construido la raza evidenciándose, centralizándose y jerarquizándolo todo. Es por este motivo por el cual debe utilizarse el término racializadx.

Entre episodios de Will haciendo trastadas y Carlton bailando siempre recordaré aquel episodio en que tía Vivian ejercía de profesora de historia en la academia privada de sus hijxs y sobrino especializándose en historia afroamericana. En ese capítulo se hablaba de los cantos espirituales que hacían lxs esclavxs negrxs para escapar de sus amos blancos o de los esclavistas, se hablaba de Malcon X y por supuesto de Ella Fitzgerald o Rosa Parks y Martin Luther King. Capítulos como estos desmitifican aquello de que la pantalla grande o pequeña o forman parte de nuestra cultura como dicen algunxs intelectuales sobrevenidos en el clasismo desmesurado.


Si bien es cierto que la industria nunca es tan emancipadora como desearíamos, aquellxs que pertenecemos a colectivos discriminados sabemos la importancia que tiene la representatividad y la existencia de referentes. El príncipe de Bel-Air no habrá tenido el impacto de la lucha de lxs abolicionistas Frederick Douglass o Harriet Jacobs ni la potencia dialéctica de Sojourner Truth pero no debemos desestimar la huella que han dejado en la industria del entretenimiento. Es ya un topicazo pero dentro de cada tópico permanece cierta cantidad de verdad: nos queda mucho por hacer y en ante un panorama político mundial de refuerzo de la extrema derecha y emergencia climática, el antirracismo interseccional es nuestra responsabilidad como seres humanos. Seguimos.