24/12/2018

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¿Soy mejor? ¿Soy peor?


No, no soy ateo. Necesito pensar que habrá algo después de la muerte. Tanta gente buena no se merece el olvido, tanta gente maltratada no merece la nada, tantas víctimas necesitan el cariño que no se les brindó en la vida en este, nuestro planeta. Me niego a creer en un mundo aleatorio donde el ser humano no tiene sentido. No sé en qué forma, intento tener fe pero dudo. Me cuesta confiar en Dios pero trabajaré en ello ¿Soy peor? ¿Tengo miedo? ¿Eres valiente? ¿Soy incoherente?

No me gusta comer carne de mamíferos o de aves pero ingiero pescado. Los animales marinos también sufren. Además creo que la investigación debería transitar a modelos más éticos que no supongan el maltrato animal. Al fin y al cabo un ratón no es un ser humano, aunque tampoco lo es, de momento, una programa de ordenador ¿Soy incoherente? ¿Soy hipócrita? ¿Soy peor? ¿Eres mejor? ¿Qué debería hacer? Creo que sí soy coherente.

Mi género es el masculino pero no me identifico con el modelo patriarcal de hombre: rudo, siempre valiente, machista, sin glándulas lagrimales. Lloro con casi todas las películas, sé que no soy heteronormativo, me siento atraído por humanos de mi mismo género y aun así intento ser feliz ¿Crees que estoy equivocado? ¿Lo tienes tú más claro? ¿Mi forma de ser no es la correcta? ¿Crees que yo lo elegí? ¿Crees que me arrepiento de quién soy? He aprendido a aceptarme pero a veces es difícil, las dudas siempre le acompañan a uno. No estoy enfermo, no. Sé lo que soy y lo que quiero. No me llames enfermo.

Saber que existía la gordofobia me ayudó a iniciar el camino de reconciliación con el propio cuerpo, el único que tenemos en esta vida terrenal. No me gusta pasar hambre, ¡lo admito! Pero eso no es motivo suficiente para impedirnos ser felices. Al igual que hay personas con más hueso, con más músculo y con menos cerebro, nosotrxs tenemos más grasa. No sé si podríamos cambiar, supongo que sí pero, ¿Eso me hace peor? ¿Eres tú, persona con cuerpo normativo, mejor que nosotrxs? ¿Por qué? Creo que lxs dos tenemos alma y que somos iguales en dignidad, y por ello yo te respeto y te apreciaré.

Supongo que ya puedo decir que soy una persona con estudios. Pese a que lxs jóvenes estamos muy bien preparadxs, la mayoría no encontraremos trabajo en este país. Pero, ¿por qué nos olvidamos sistemáticamente de lxs jóvenes sin estudios? ¿Son vagxs? ¿No será que no han tenido las mismas facilidades que habré tenido yo, dentro de lo que cabe? ¿No será ese clasismo rastrero autocomplaciente de clase baja-alta que se cree media-alta? ¿Son menos dignxs por no tener estudios? Estamos en este mundo para ser felices, todxs.

No, no estoy loco. Me gusta pasar tiempo fuera de casa, sí. Sin embargo valoro mucho los tiempos de autocuidados en soledad. El tiempo para quedarse solo y pensarse, conocerse. La soledad ha estado conmigo durante toda mi adolescencia, por el miedo, supongo. No sé si seré introvertido o si la vida me ha hecho así, simplemente entiéndeme, trata de comprenderme; no prejuzgues. No pretendo cuestionar tu forma de ser, de igual modo, no lo hagas tú. Y no, no entiendo qué culpa puedo tener. Ser introvertidx no es ni malo ni bueno, ni mejor ni peor: es una forma diferente de ser ¿No lo tengo claro? Quizá, en esta vida la verdad absoluta es difícil de obtener…


¿Soy mejor? ¿Soy peor? No, soy humano…

Bueno, gracias por leeros este "rollo" tan grande y tremendo. Me apetecía escribir algo diferente de lo que acostumbro a hacer y la verdad cuando pensé en este modo de escribir a modo de reflexión me entusiasmó. Volveré a los originales pero de vez en cuando está bien variar ¡Ah! Y para aclarar, decir que este escrito recoge pensamientos que he tenido en diferentes momentos, no todos a la vez ¡Me hubiera explotado la cabeza!


Gracias por leerme… Suerte en el MIR 2019 a todxs… Por cierto, he acabo de escribirlo el 3/9/2017, ¿cuándo lo publicaré?


17/10/2018

C!nemát!c@ (IX): "Get real"

La película de la que hablaré hoy se trata de la segunda película con protagonistas LGTBI que he visto en mi vida, después de Shelter, si la memoria no me falla. Se trata de una historia de “salir del armario”, expresión que espero que quede en desuso en próximos tiempos, por cierto. No obstante, estamos lejos de que las películas LGTBI dejen de ser consideradas como un género aislado. Es cierto que el hecho de que haya un género propio y diferenciado del resto ayuda a aquellxs jóvenes LGTBI que no teníamos con quién hablar de lo que nos pasaba, de quiénes nos gustaban o de nuestros miedos. Buscábamos ese género de películas y nos salían infinitos blogs con listas y listas de películas en las cuales podíamos encontrar lxs referentes que necesitábamos…


La película es un espejo en el que muchxs nos podríamos ver reflejadxs puesto que Steven es un chico gay no heteronormativo, aspecto de su vida que solo conoce su mejor amiga Linda, que es víctima del bullying de sus compañeros. Su casa no sería motivo de confort si no fuese que Linda es su vecina porque, pese a tener una madre más tolerante (como suele ocurrir en estos casos), su padre no se cuestiona la orientación o identidad del protagonista, tiene una personalidad más bien fría y distante, y solo quiere que su hijo se centre en el periodismo, su futura carrera. Steven, como adolescente de 17-18 años (cursa lo que sería la preparatoria o 2º de bachiller), frecuenta los baños públicos de un parque apartado de su ciudad. Allí conoce a hombres adultos que esconden su orientación sexual pero Steven tiene la esperanza de encontrar ahí el amor, es junto al tiempo que pasa con Linda, uno de los momentos en el que es él mismo. Un buen día se encontrará con un compañero de clase, el típico chico popular, John. De ese encuentro fortuito se desarrollará una historia de amor donde se explotan las dudas, la pasión, la liberación y el miedo. Steven, harto del bullying, harto de las dudas de John o harto de tener que esconderse decide escribir un artículo en su periódico de su instituto donde reivindica (como anónimo) la normalidad LGTBI. Este, al ser censurado, será la escusa que use Steven para abrirse al mundo sin miedo, sin vergüenza  y sin cuidado de lo que piensen lxs demás.

Dentro de ese género de películas LGTBI existen varios subgéneros, siendo uno de ellos el que se centra en “salir del armario”. En mi opinión Get real es la película que mejor ejemplifica el subgénero en los chicos gais. Hemos de recordar que este subgénero no se centra tanto en la comedia, el drama o el terror sino que es un alegato al yo interior de cada unx. No importa tanto el final del personaje, creo yo, sino el hecho de que ser como unx es te libera del papel que tienes que interpretar para con todo el mundo, es un acto rebelde y liberador. Esto, a veces, puede ser arriesgado e incluso mortal mas este subgénero se centra en lo bueno que tiene dejar de fingir una cosa que no eres, que también es necesario… Si sois un poquito avispadxs os habréis dado ya cuenta de que no me gusta el dicho “salir del armario”, y tengo mis razones. Cuando se dice ese recorrido dicho se está poniendo todo el peso completo en la persona LGTBI y ninguno en la persona cisheterosexual. Así es como yo lo veo, ¿por qué si no le decimos a una persona que somos LGTBI y esta se entera por tercerxs estamos cometiendo un acto deshonesto? Es una de las pocas críticas que le puedo hacer a esta película: no enseña a las personas cisheterosexuales a crear un ambiente de confianza a la persona LGTBI para que actúe y sea como verdaderamente es ¡No quiero que el mejor amigo de Steven vaya directo a preguntarle si es gay! Necesitamos tiempo para asimilarnos y conocernos ¡Como todo el mundo! Pero a mí me hubiera reconfortado y fortalecido que todas las personas no LGTBI con las que salí del armario hubiesen propiciado un ambiente relativamente favorable y de aceptación personal.

En Get real lo importante es que Steven supera sus miedos, no su final amoroso ¡Ni mucho menos! Algo parecido a lo que pasa con otras películas de este subgénero: Pariah (2011), Dorian blues o Plegarias para Bobby. Lo importante es que después de ese comienzo de aceptación lxs protagonistas son más felices consigo mismxs, aun cuando no todxs son más felices. Lo diré de otra forma: maduran. Sí porque Steven no se va con John, y realmente es una lástima, ¡hacían buena pareja! Pero, ¿realmente está Steven dispuesto a vivir en secreto que le gustaba John y tener que fingir hasta, al menos, su entrada en la universidad? ¿Realmente podemos aguantar más del tiempo del necesario imitando o mintiendo? ¡Pero solo es hasta la universidad! ¡Ya pero es que es mi vida!


Guardo esta película como oro en paño y no será la última vez que escriba sobre ella o inspirándome en ella. No es ni muy buena ni tampoco mala pero para mí posee un significado emocional inmenso. Me da rabia no recordar la edad específica que tenía cuando descubrí esta película pero recuerdo la escena: una gran dosis de fuerzas y de esperanza. Todavía seguimos necesitando estas película que nos muestran referentes que tras tener los arrestos para vivir, pensar o actuar como verdaderamente eran y sin importarles lxs demás, maduran y se sienten en paz consigo mismxs. Es imprescindible en según qué ambientes. A cada unx le dará una virtud. En un ambiente más tolerante daría fuerzas, en otro menos, al menos grandes dosis de esperanza, ya sabéis que la esperanza de hoy, la fuerza de mañana.


17/08/2018

Joven con Exper!enc!@

El mercado laboral de los últimos años, quizá tomando como punto de inicio el año 2007, nos deja perlas significativas y prescindibles. Es cierto que imbéciles los ha habido desde todos los tiempos, pero supongo que la contemporaneidad nos hace destacar, todavía más, los atropellos actuales. Juzgad por vosotrxs mismxs: neoliberales en cargos públicos quejándose continuamente de la supuesta ausencia de emprendedorxs (como si abrir una peluquería u otras pymes contra viento y marea en una situación precaria no fuera emprender), exigencias de experiencia a jóvenes trabajadorxs primerizxs, exigencias de “juventud” a trabajadorxs de mayor edad y desgastados por unos sistemas de vida que ni siquiera te permiten más de un mes de vacaciones (y da gracias), advertencias o amenazas a mujeres en edad fértil relacionadas con el “riesgo” de quedarse embarazadas o aquel “no te quejes que como tú tengo a 1000 en la puerta esperando a quedarse con tú trabajo“. Y aun así no se darían cuenta ni en la eternidad de que con este modelo solo vamos directxs a la extinción como especie.

(...)

Discriminación y precarización si eres joven; precarización y discriminación si no. “Cobráis demasiado”, “demasiadas vacaciones”, “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, “lxs jóvenes ya no tendrán pensiones públicas”, “está bien que se vayan a trabajar fuera, así ven mundo”, “en mi empresa no trabajan ni embarazadas ni sidosos”… Afortunadamente la democracia nos dio herramientas para luchar contras estos sinsentidos ¡Ah! ¿Ley mordaza? ¿Sindicalistas en la cárcel o en procesos judiciales por manifestarse? No, no eso tiene que ser en Venezuela.
Desafortunadamente sería imposible recoger en un solo artículo todas y cada una de las injusticias de este mercado labora actual. De este modo, y sin obviar al resto, me centro en el famoso: “Como te quejes te despido porque en la calle a 1000 como tú deseando tu puesto de trabajo”. Que sucede porque el trabajo es considerado un privilegio ¿Algo irracional? Pues sí. Se nos ha confeccionado un mundo en el que para vivir debes tener dinero. Para tener dinero necesitas tener suerte, una clase social alta o un trabajo. La mayoría de la sociedad comprendió que todas las personas éramos iguales en dignidad y el derecho a una vida digna es algo oficialmente incuestionable. Luego, cerramos el círculo diciendo que el derecho a un trabajo digno no es algo descabellado, si no algo necesario en nuestro sistema de vida mayoritario. Consecuentemente quien niegue estas premisas de mínimos, estará negando la igualdad oficial y extraoficial del ser humano.


Desde luego no nos sirve nada un estado que no garantiza un trabajo digno pese a tenerlo como mandato en sus leyes básicas constitucionales. El estado puede escoger entre renta mínima garantizada o trabajo garantizado, o ambos, pero no ninguno. Si reniega estará incumpliendo su función más básica y fundamental: garantizas el bienestar de la ciudadanía. Porque la incertidumbre puede ser útil pero no se puede llegar al extremo de no saber si el siguiente mes cobrarás el subsidio de paro o si te despedirán de tu trabajo, eso te paralizaría, te impediría vivir dignamente. Y no hace falta una gran parafernalia para justificarlo, básicamente no es ético. No es ético que tu jefx tenga el poder de presionarte y amenazarte con el bienestar de tu familia y el propio. No es ético que se utilice la precariedad generalizada de personas con o sin estudios, la desesperación para amenazar a lxs trabajadorxs de tu supuesta empresa. Puesto que, cuando una persona está desesperada tiene activo uno de los instintos más inherentes a los seres vivos, un instinto de supervivencia que hace que actúes de modos completamente distintos a los de una situación de confianza y dignidad. Lo cual es una golosina para algunxs tiranxs. No nos lo debemos permitir, la humanidad no debe permitírselo.



En otro artículo hablaré de Bangladesh, China, India o Tailanda e intentaré liquidar ese paternalismo que nos caracteriza al “mundo occidental”. Sin embargo quiero destacar que la desesperación de algunxs trabajadorxs, también occidentales, les  lleva a verse obligadxs, y en especial obligadas, a permitir violaciones, y explotaciones que nos retrotraen a épocas casi coloniales ¿Qué clase de tiranía es la que se aprovecha de la desesperación de otro ser humano? ¿Qué clase de demonio usa a las personas de ese modo? ¿Acaso que una persona carezca de experiencia, juventud o estudios justifica a sus jefxs a actuar como monstruos? ¿Por qué ser unxs buenxs jefxs no está relacionado con la intrínseca defensa de los derechos de lxs trabajadorxs y sí con la debilidad o el pasotismo? ¿Por qué no admitimos que existe el trabajo esclavo en el siglo XXI? ¿Regularizamos el trabajo precario de muchas mujeres limpiadoras y cuidadoras? ¿podríamos parar de culpabilizar a lxs pequeñxs trabajadorxs que cobran en negro y atacar el injusto modelo de cuidados? ¿Será la alianza laboral intergeneracional la que acabará con esta precarización y con el modelo de trabajadorxs pobres?

01/06/2018

OTRA H!stor!@ de un@ PANZA Subvers!v@ Cu@lqu!er@

Cuando existe un dolor compartido por varias personas debes cuestionarte si existe un componente político generalizado a tu situación y peculiaridad. Es algo que rápidamente aprendí cuando descubrí lo que significaba la gordofobia y sobretodo una página que nació para dar instrumentos políticos para superar dicha discriminación, ya sabéis, la página Stop gordofobia. Aprendes que estás sufriendo gordofobia y que tienes que superar varios canales o pruebas. Son pruebas que coinciden con los tres pilares fundamentales en los que se basa un sistema de dominación como la gordofobia: la ética, salubridad y estética, no necesariamente en dicho orden y no necesariamente separadas entre sí.


Empezaré con dos pilares: la salubridad y la ética. Y es que a algunxs les cuesta más una prueba y a otrxs una diferente o quizá, para unxs todas son igual de complicadas. Sobre esto no hay nada escrito. Yo pensé que mi hueso duro de roer sería el de la salubridad, pero al descubrir que debía hacer ejercicio y comer de forma equilibrada y sostenible, al menos, vi algo que era alcanzable para mí. Sí es cierto que debería comer y hacer ejercicio de unas maneras más correctas, solo digo que eran cosas que yo siempre había hecho, aunque quizá de una forma insuficiente, ya os digo que sería objeto de otro artículo, ¡y todavía queda la ética! Bien, o ¡mal! Porque la gordofobia identifica a las personas gordas como personas vagas, caprichosas, insensibles, sucias, responsables del hambre en el mundo, verdugxs del progresivo modelo de sedentarismo en las sociedades occidentales y demás estupideces. Y es que es precisamente eso: una estupidez. En el momento que te das cuenta de que tú no eres así y sabes cómo argumentarlo o hacérselo ver a quiénes te importan con tus actos, desenmascarando sus prejuicios: lo superas. Ya os digo que es mi caso y además simplificado bastante. El proceso de superación fue lento, lo admito, pero nada en comparación con lo que está pasando con la estética en mi caso individual; el tercer pilar.
 
STOP GORDOFOBIA
Espejos, tiendas de ropa, pesos, vergüenza que realmente es miedo, aislamiento, abatimiento, incomprensión, moda. La estética es mi talón de Aquiles. Y no ayudan, aunque es verdad, no ayuda. “No, en esa talla no tenemos este pantalón, ¿has probado con otro más ancho?”, “no es que tengas un cuerpo raro, es que tienes que adelgazar”, “de todos modos no te iba a quedar bien”, “exageras, ¡anda que decir que has ido a 10 tiendas en un mismo día y que no has encontrado nada!”, “siempre llevas lo mismo, ¿no estará ya sucia esa camisa?”. Sí, me he dado cuenta, y no ayuda. Sí, os aseguro que es frustrante querer vestir prendas de ropa de las que no encuentras talla cuando, además automáticamente, te atribuyen la culpa de absolutamente todo. Cada unx tiene un cuerpo, y no todos se acoplan perfectamente al modelo hombre o mujer de la talla 34 (de una marca concreta porque ya sabéis que a las condenadas, no les sale del mismísimo hacer una equivalencia de tallas asequible). Y desde luego, no todas las gorduras son equivalentes al género. Sabéis que la gordura abdominal (androide) se asocia más a los hombres y la gordura de piernas y caderas a las mujeres (ginecoide). Y en esta norma también hay excepciones, ¿pensáis que todos los hombres compramos todas las prendas de ropa en la sección masculina? Y viceversa claro. Muchas mujeres con cuerpos normativos compran, por ejemplo camisas vaqueras, en la sección masculina porque tienen más tallas para elegir (entre otras razones), claro.

Las grandes empresas textiles, como aliadas de la gordofobia dejan fuera a las personas con cuerpos gordos y no normativos ¡Ya les costó con las mujeres embarazadas! Fabrican para un cierto tipo específico de persona con características de género normativas. Y si te sales de esos cánones de “belleza”: te jodes y/o adelgazas. No te puedes quejar, ¡estar gordxs es pecado! Y si no te gusta te pones un saco de patatas encima o te vas a la sección de tallas grandes. Porque están las tallas normales y las grandes, ¿verdad? ¿Habéis ido a las tallas grandes? Sé que como la gordofobia y el machismo son aliados las mujeres lo tienen mucho peor, no obstante insisto idos un día a la sección de tallas grandes, si es que tienen claro, esa es otra ¿Habrá pantalones ajustados (desde luego os aseguro que de precio no son ajustados precisamente)? No queridxs, esto es tallas grandes ¿Tendrán camisas vintage? No, insisto, esto es tallas grandes, si lo quieres lo tomas y si no ya sabéis o adelgazas o/y te jodes. Ya pero, ¿por qué tengo que ponerme algo que no me gusta? Y entrando en la dinámica de la gordofobia, ¿qué pasa con la gente que está tratando de adelgazar? ¿También se tiene que aguantar?



Un acto tan rutinario y normal como el de comprar ropa se vuelve una tortura, un calvario para las personas gordas y en especial para las mujeres gordas. Si no nos creéis acompañadnos y descubrid la sorpresa, una sorpresa que incluso algunxs dependientxs de buena fe desconocen y acaban reconociéndotelo contigo tras el típico y constante paseíllo por la tienda en la búsqueda imposible de un pantalón que te guste y que te venga ¿Culpa nuestra? Pues mi experiencia me dice que no, a mí me han llegado a decir que meta tripa para que me entrasen los pantalones o la camiseta (como si sirviese de algo). Meter tripa te ayuda a trabajar la pared abdominal pero te impide respirar o sentarte ¿Alguna vez os habéis hecho una herida por llevar una prenda de ropa? Os aseguro que hay prendas de ropa que son verdaderas lijas o cuchillos, os lo digo de verdad. Prendas de ropa ajustadas que si fueran de tu talla no te harían daño, pero como no lo son, como te tienes que conformar con esto o con nada si quieres ese cierto tipo de ropa, como estás gordxs no tienes derecho a vestirte como quieras. Sangrar por vestirte como realmente quieres no está bien, mírese por donde se mire. Yo no me rindo, como muchxs, si quiero vestirme de una manera concreta lo haré, al menos una vez a la semana, no vaya a ser que me digan que siempre voy igual, que si voy sucio… Seguimos…

Un artículo de interés:
http://weloversize.com/moda/sobre-el-codigo-de-vestimenta-gordibueno-por-que-no-podemos-usar-shorts/