01/09/2023

No es lo mismo, no.

Dentro de los diferentes sistemas de discriminación existentes, y los que nos quedan pendientes de describir, aparecen complejos entramados que hacen que verdaderamente ocupe un puesto en la dicotomía estructural o anecdótica. Es relevante realizar tal distinción como contestación hacia cierta reacción que atribuye las luchas como fines en sí mismas, es decir, identitarias. Cuando no hay referentes los movimientos sociales tienden a impregnarse de identitarismo, lo cual no siempre ha de tener connotaciones negativas, pero ya es arma arrojadiza hacia los sectores sujetxs a la opresión concreta o estructural. Analizaremos el componente de estructural de la gerontofobia o del edadismo, las razones de estas distinciones, el cierto significado de estas opresiones y cómo son usadas por otros sistemas de discriminación para imponer y mantener sus objetivos.

 

 

En una sociedad depredada por el individualismo, la globalización y las nuevas tecnologías; el acceso a muchos recursos que son considerados cotidianos para las personas jóvenes es puesto en entredicho para las personas de edad. Personas que ya no están en edad laboral, personas que ya no forman parte de los diferentes trabajos de producción o servicios. En un mundo plenamente capitalista son personas que no tienen un sentido de existencia. Personas que, muchas de ellas, no pueden cuidar ni pueden trabajar. ¿Qué propósito tienen en una sociedad capitalista?

 

Desde luego nos importa más bien poco en este blog para lo que sirva una persona, la persona es un fin en sí misma, la persona es válida por ser persona. ¿Qué sentido tendría? Más cuando desde las luchas en contra de la gordofobia se reivindican los cuerpos bellos por el hecho de ser cuerpos y de no disponer de la certeza de tener más cuerpos en otras posibles vidas. Al contrario, tener la certeza de ser cuerpo de deseo, placer, cuidados y función. Nos da igual que una persona sea o no sea útil para un sistema depredador de ecosistemas y seres, pero es de suma importancia recordar los motivos de la existencia de una discriminación estructural hacia las personas de ciertas edades o con ciertas capacidades funcionales y mentales.

 

La compra de órganos o de seres humanos nunca ha sido ni será una reivindicación de las luchas LGTBIAQ+. No caminamos tranquilxs por las calles, estamos dentro de los armarios en los trabajos… Para que estemos en el mercado de las infancias. No es nuestra reivindicación, de hecho, estamos activamente en contra. No obstante, ciertos sectores se empeñan en indicarnos qué hemos de reivindicar y qué no. De manera similar ocurre con el edadismo. Amigx, que le lleves trienta años a tu marido y que le critiquen por ello no es edadista, es que el caballero tiene faena en deconstrucción muy atrasada y tiene que ponerse urgentemente al día.

 

Considero que edadista es que la señora Juana que ha trabajado toda su vida en la industria de los cuidados cobre una pensión no contributiva irrisoria, creo que es edadista que el señor Emilio que es maricón y que es soltero no tenga derecho a vivir en entornos seguros para las personas LGTBIAQ+, creo que es edadista la inaccesibilidad a las nuevas tecnologías adaptadas, igual es edadista que la soledad no deseada sea asumida y permitida en las personas de edad en nuestra sociedad. Igual. O igual me equivoco.

 

 

Últimamente han surgido numerosas personalidades, generalmente personas consideradas hombres con más edad que sus parejas monógamas o poliamorosas, reivindicando su acérrima lucha contra el edadismo: “su supuesto derecho a tener una pareja o parejas cuarenta años más joven”. Además, esto lo observamos también en ciertos sectores de hombres que tienen atracciones sexuales y románticas hacia otros hombres. En esto hay poder, hay discriminación y sobretodo misoginia.

 

Cuando tenía escasos veintidós años y mucha inexperiencia, recuerdo que un día cualquiera volviendo hacia mi casa desde la universidad, un señor que me doblaba la edad hacía algún año; ese señor de punta en blanco y con un coche que valdría su edad seguida de tres ceros, en plena tarde con todavía diurna luz tuvo a bien preguntarme mi número de teléfono mientras me tocaba mi barriga sin mi consentimiento. Mi reacción fue de parálisis total, no por miedo de que descubrieran que yo era LGTBIAQ+, hacía años que yo ya vivía de acuerdo con quien era. El miedo venía por la diferencia de poder, ¿qué hubiera pasado en otras circunstancias?, ¿y si fuera de noche?, ¿y si no hubiera nadie en la calle? 

Solo podemos hacer conjeturas. 

 

El consentimiento debe ser el centro de nuestras decisiones compartidas. No he venido yo aquí a juzgar el deseo, ni quiero generalizar, solo quiero decirte, señor: si tu pareja tiene treinta años menos y te critican pregúntate las razones, pero no le eches la culpa al edadismo, eso es algo más serio. Quizás dentro de tu inmensa sabiduría senior descubres que las diferencias de experiencias y momentos vitales te confieren un poder de distancias insalvables. Quizás haces memoria, y todo, y averiguas que la violencia nace y es posible dada la diferencia de poderes. Amigx date cuenta, que el tiempo todo lo cura…

16/01/2023

P/M Atern!d@de$ QUEER (II): un silencio conventual

Muchas son las canciones que hablan del amor, y por supuesto su final; pocas son las que tratan tan activamente la soledad como la homónima canción entonada por la maestra mexicana Chavela Vargas.

 

En momentos de inspiración no debemos tentar a la suerte. Pretendía que este fuera el artículo desenlace de la tétrada que pretendo redactar, no obstante, la vida tiene caprichos de sucesos fortuitos, pensamientos intrusivos que han hecho que la estructuración de este artículo y su elaboración pasen de deseo a necesidad imperiosa, que no impulsiva. Hablar de vidas queer hace inevitable mencionar a la soledad.

 

 

El armario es miedo, contención y dolor; pero en no pocas ocasiones deviene supervivencia.

 

Muchas de las personas que nos identificamos con orientaciones, expresiones o identidades de género no normativas o incluso no establecidas, hemos tenido que vivir encerradxs en este mueble metafórico. En ello han influido tanto la falta de representación como una posibilidad de representación saludable. Es posiblemente, una anomalía estadística encontrar una película en la que sus protagonistas diversxs no sufran un desenlace trágico, fatal o incluso mortal. Este cúmulo de sucesos hacen de la soledad una única opción para aumentar la supervivencia de las personas diversas en su sexualidad y conductas. Al menos de forma transitoria. Es indudable de la existencia del armario, llamemos así al cúmulo de contenciones sociales normativas existentes para con cierto colectivo o conglomerado1. 

 

Ahondemos un poco más en la soledad de aquellos días, de aquellos tiempos transitorios. Incido en el calificativo de transitoriedad pues aunque la existencia del mal llamado armario es indudable, en menos de 10 años los cambios han sido vertiginosos y transformadores hacia el progreso de hacer más vivible las vidas de la gente del conglomerado LGTBIAQ+. Se hace necesario hacerlo, por memoria, porque todavía nos ocurre y porque muchas personas han puesto su cuerpo y sus vidas al abandonar esta soledad, a veces no deseada. Por esas personas luchadoras no debemos olvidar, no nos lo hemos de permitir.

 

Habréis observado que introduzco el concepto de soledad no deseada como el que hemos de analizar, de no olvidar. La soledad es punto de disfrute y de descubrimiento de muchas personas en muchos momentos vitales, a menudo es buscada y es certeza de crecimiento personal, de introspección y autocuidado. Esa soledad de un proyecto y un trabajo, aporta riqueza al alma o al ser de la persona. Me detengo, no obstante, a hablar de su contraparte: la soledad no deseada.

 

Unx puede llegar a presentar o sentir soledad cuando no tiene amigxs, no tiene familiares, no tiene pareja, no tiene descendencia; se trata de un sentimiento que puede ser incluso subjetivo. Me gusta definir esta soledad como la ausencia de personas a las que puedes proporcionar cuidados o las que te los pueden proporcionar a ti, de forma también graduable. Es por tanto deducible que no solo está sola aquella persona sin descendencia, sino la que aun teniéndolxs no les ve, les abraza, les cuida. Es una cuestión donde intervienen determinantes muchísimo más complejos que aquellos circunstanciales y anecdóticos como tener un carácter o unos gustos complejos… En la soledad no deseada hay mucho de opresión, hay mucha desigualdad; generalmente la suele haber en muchas de las situaciones que generan dolor.

 

No es objeto desconocido para este blog la existencia de una intersección de opresión más olvidada de lo que debiera, dadas las tendencias demográficas en la actualidad. La gerontofobia2 junto con la LGTBIAQ+fobia queda plasmada en muy pocos ámbitos; de nuevo soledad y falta de representatividad. La soledad no deseada dentro de las personas queer es una gran preocupación de organizaciones semejantes a la Fundación 26 de diciembre3 o el grupo de majors de Lambda4, que son específicos en el asesoramiento y ayuda comunitaria. De hecho, los cinco pilares de acción de la fundación 26 de diciembre son: investigación y formación, inclusión y vulnerabilidad, residencial, soledad no deseada e inserción laboral. Representativo, desde luego, y a la par terrorífico, da miedo, miedo a la soledad que unx no quiere, no desea. Y de nuevo el deseo, de nuevo algo que no es derecho. Podríamos caer en la falacia lingüística que versa tergiversando calificativos argumentando que, si la soledad no deseada es asumida en las personas de edad, si la soledad no deseada es causa de patología, de dolor, malestar y de muerte en las personas de edad; básicamente las personas de edad no tienen derecho a la vida en salud. Pero no vamos a caer en falacias aquí…

 

Cinco incoherencias es ortodoxia, veintisiete es requerimiento de reflexión.

Llegar a la soledad no deseada no es cuestión exclusiva de no tener pareja o parejas. Dicho pensamiento es altamente jerárquico y monógamo5. La soledad precisa ciertos componentes de intersecciones de opresión para existir, no viene sola. La amistad, la convivencia, relaciones laborales, relaciones afectivas, cuidados a quien los necesita; desde luego no están presentes en todas las personas. Se ha de entender que ciertos privilegios son encarnados por las personas que disponen de todas estas ausencias de soledades, así como las opresiones que pueden llegar a personificar tales grupos sociales.

 

 

Quiero y espero haber llegado a formalizar mi expresión sobre cómo la soledad no deseada no solamente es un sentimiento subjetivo si no un tipo de opresión que existe en nuestros entornos. Desgraciadamente nuestros caminos hacia lugares y entornos más vivibles van a estar llenos de obstáculos en la opresión, nuestra ambición de justicia social es insaciable pero también conlleva importancia la valoración del ahora y el mientras tanto. La utilidad, la imposibilidad de cuidar, el fracaso en todas sus concepciones hacia la normatividad puede ser causas de la soledad no deseada; por tanto, hemos de saber reconocer los privilegios que nos interseccionan aquellas ocasiones en que pretendemos valorar las individualidades sin reconocer el entorno o la historia personal. Ser no normativo sin una red de apoyo y cuidados aterra. Unx llega a ser, vivir, amar, identificarse, cuidar o cualquier acción fuera de los armarios solo: sin soledad no deseada. 

 


1. https://www.youtube.com/watch?v=w_hrHbDb4t8&ab_channel=Alternatiba

2. http://coletines.blogspot.com/2019/11/la-etern-amtd-como-intereccion-la.html

3. https://fundacion26d.org/

4. https://lambdavalencia.org/grups_lambda/gent-gran/

5. http://coletines.blogspot.com/2019/09/el-porque-ii-del-amor-drog.html