07/05/2020

La Aprop!@c!ón del Género

Cuando la hija es la encargada de corregir a la madre.

Son muchos ya los artículos en que menciono o introduzco el concepto de apropiación. Apropiación del insulto, de la burla, del lenguaje que se usó y desgraciadamente algunxs siguen empeñadxs en mantener. Es una técnica que utilizan colectivos tan diversos como los de personas racializadas, las mujeres, las personas gordas, con diversidad funcional y como dice Brigitte Vasallo: lxs del conglomerado (1) LGTBIAQ+/GSRDI. Bien es cierto que la apropiación puede ser de una palabra; que es el insulto, de una actitud, o de un tratamiento concreto. La gordura, la expresión y la referencia de género.


La Santamari(c)a, en uno de sus maravillosos artículos en Pikara: Hasta luego, Maricarmen (2) nos desveló a muchxs el origen de la palabra maricón. Y lo que nació como insulto ha encontrado el trabajo vocacional de su vida en lo identitario y combativo. Así sus sinónimos. El marica, la mariquita, el comepollas (3), invertido, vicioso, muerdealmohadas, soplanucas, trucha y otros más; que ya sabéis que el castellano es rico y variado.

Cuando le quitas el cuchillo al asesino solo le queda el fracaso.

Últimamente dentro del colectivo corremos un riesgo. Con tanta normalización terminológica, análisis, artículos, etimologías o manifestaciones. Corremos el resigo de olvidarnos de cuan poderoso es denominarse a unx mismx como marica. El chico, ya sea trans o cis, que por sentirse así, y sin despreciar o juzgar a quién no, interpela su identidad como marica vacía de contenido cualquier agresión. El orgullo explícito de quien ha trascendido las imposiciones de género cisheteropatriarcales porque así se siente.

Paris is burning

En una sociedad patriarcal la feminidad y la masculinidad es única, invariable, monosemántica. Judith Butler en su El género en disputa introduce, como una de las primeras filósofas feministas, ideas como que el género es una performance, que el género cambia y que ni siquiera es unívoco en su concepción. Tras leer esa obra, y no entender demasiado, inferí o quizá mi imaginación lo hizo, que la expresión de género es la performance. 

El patriarcado dicta, pero tú eres libre de no escribir.

El cisheteropatriarcado tiene una concepción muy limitada de feminidad e incluso de masculinidad. Obvia las expresiones de género tan variadas y alejadas a la normatividad pero tan válidas como las establecidas… Y sus hijos sanos reproducen sus designios. Asociando la feminidad a un género que patriarcalmente no le hubiere correspondido, así como con la masculinidad. La llamamos expresión de género no normativa para entendernos. Ellos lo llaman marica y marimacho. Y como dije apropiarnos de su concepción de insulto nos hace fuertes y poderosxs. Vaciamos de contenido sus supuestas ofensas para convertirlas en orgullo. Nos autorreferenciamos con géneros opuestos a placer solo nuestro. Nos lo hemos ganado.

El problema viene cuando la reacción surge del fuego amigo. Cuando desde sectores progresistas cisheterosexuales se nos atribuye al colectivo marica, ya sean hombres bisexuales o gays, cis o trans, el deseo de ser protagonistas de una lucha que es hermana, que también es la nuestra. Hablarnos en femenino no es sinónimo de apropiación y suplantación de lucha queridxs. Somos conscientes de que pese a que compartimos intersecciones y puntos de discriminación, los hombres, por muy maricas que seamos, no somos sujeto político de otras opresiones. Lo sabemos. Gracias.


Cuando un hombre marica se autorreferencia en femenino no está insultando a nadie. Creíamos que habíamos convertido su insulto patriarcal en hermandad, en poder LGTBIAQ+. Pero algunas personas cisheterosexuales con expresión de género normativa deberían recordar que los maricas nos hemos ganado el derecho de autorreferinos y reconocernos como nos dé la real gana. Estar orgullosxs de introducir y lucir nuestras expresiones de género no normativas tras años y años de miedo debería ser alegría para todxs y motivo de celebración. Así que no, no se trata de suplantación, imitación o burla: es reconocimiento de la expresión de género de algunxs.