13/01/2012

Y Mucho...

El otro día, estábamos en clase de valencià en el apartado de literatura estudiando al gran Quim Monzó, para ello leímos un de sus flamantes cuentos. Este trataba una relación de una pareja que ya no estaba enamorada, la mujer fatal y el hombre irresistible, que simplemente quedaban para tener relaciones sexuales, con el fin de obtener el placer rutinario a un módico precio, para así después partir a sus respectivas citas con otras dos personas con la que querrían mantener una relación de pareja estable. En mi clase tuvimos que enunciar uno por uno los temas e ideas de dicho relato, que a pesar de su corta extensión poseía ideas fundamentales como, el desamor de la rutina si la pareja no es fuerte, la infidelidad… Al finalizar la clase, sin embargo, me percaté de algo muy importante, que curiosamente nadie había dicho (desconozco si lo pensaban o no, obviamente), el hecho de la caracterización que hace Quim Monzó sobre los protagonistas de este profundo relato, lleno de metáforas cultivadísimas.


El hombre irresistible y la mujer fatal, curiosa  caracterización ¿no?, pues fatal e irresistible de algún u otro modo son casi antónimos y en una misma oración, daría lugar a la antítesis o incluso a la paradoja, lógicamente. Y, en efecto, estos personajes son clónicos, el hombre irresistible y la mujer fatal, son personas corrompidas por la rutina en una pareja inestable, a los cuales les agrada tener relaciones, ya no amorosas sino simplemente sexuales, pues no hay nada de amor entre ellos, como se deja entrever en la historia. Se podría afirmar con total corrección que estos personajes son mujeriegos y, ah perdón, no existe la palabra que defina a la mujer que le gusta estar con varios hombres, así que, de momento llamaré a las mujeres que les gusta estar con otros hombres, hombreiregas.

Con este razonamiento seguramente os habréis dado cuenta de lo que trato de deciros, tras cientos de años de historia machista en el ámbito, sobretodo europeo, no se contempla a una mujer que pueda ser hombreriega, es ¡contra-natura! Dirían los ignorantes tradicionalistas y machistas, modo de actuar que desgraciadamente aún no es extinto en nuestra sociedad. ¿Sabéis cómo se le llama al hombre que triunfa entre las mujeres? Héroe, pero ¿y a la mujer que triunfa entre los hombres? FRESCA, y cosas peores que me niego a repetir porque no comprendo.

Lo peor de todo, a parte de lo dicho anteriormente, es que esos machistas que todavía quedan en la sociedad, se creen que toda mujer ha de ser como “antaño”, limpiar, cocinar, educar a los hijos y satisfacer, al perdónenme por la expresión, inútil y estúpido de su marido, y que cualquier mujer que ahora reivindica sus derechos y su igualdad, frente al hombre es feminista, a más no poder, pondré un ejemplo, en un debate de la peligrosa cadena Intereconomía, un colaborador dijo que actualmente está de moda ser feminista, pues bien si defender los derechos de la mujer, y su igualdad ante el hombrees feminismo, si desgraciadamente para él esta sociedad es feminista, pero feminismo es al igual que el machismo, defender la superioridad inexistente del hombre sobre la mujer o de la mujer sobre el hombre, respectivamente, y desde luego, a los que él llamó feministas empedernidos, no les parece bien esta idea, sino la que he citado yo previamente sobre la igualdad.

También y en relación con esto, frustra mucho que machistas tradicionalistas, tachen de feministas a mujeres que afirman que nuestra sociedad es machista, cuando no hay mujeres presidentas de Estado, todavía, y que se ATREVAN a tachar de feministas a maestras del arte como Mercè Rodoreda, que ha tratado toda su vida de bajo la presión de la censura, de relatar cómo vivía la mujer en esos tiempos híper-machistas, simplemente eso, junto a exigir los mismo derechos que los hombres ¿Es esto feminismo? Obviamente no, esto es igualdad y no es una postura extremista, de ningún modo.


Así que ya es suficiente de tachar a las mujeres y hombres que buscan la igualdad de las personas, de feministas, por afirmar algo que es cierto, y que es que la sociedad todavía es machista, o sino que se pregunten por qué todavía mueren mujeres y niños por violencia de género, o simplemente por qué a la mujer que le gusta estar con hombres es una fresca y al hombre que le gusta estar con mujeres, un “héroe semental”. Por último les diría a estos machistas ignorantes que se creen mejores que alguien que se informen un poco y que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, y que aunque me llamen feminista, estaré totalmente orgulloso porque, sabré que para ellos feminismo es defender los derechos de la mujer, y sí, los defiendo, porque las mujeres son personas y la persona es un invento perfecto, y me niego a que algo perfecto como una serie de personas por ser diferentes a otro grupo, digamos dominante en la historia, sea discriminado, insultado y encasillado. Eso sí los machistas y feministas, son personas también y aunque no comparta sus opiniones erróneas, sobre según qué temas, los respeto porque son iguales que yo, son personas y por consiguiente perfectos, yo sólo quiero que se den cuenta de esta situación y que rectifiquen, porque ¡PUEDEN, Y SE LES PERDONARÁ SI LO HACEN…!

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