¿Qué relación tendrá este rocambolesco título con el
contenido de este artículo? Pues chiquillx ¿yo qué quieres que te diga? Habría
que preguntarles a lxs votantes del PP, como ellos saben de sinsentidos pues
oye quizá te responden con alguna solución pragmática, autosuficiente y
adecuada, aunque ya os voy aconsejando que quizá necesitáis unas cuantas drogas
blandas. Aunque eso yo no lo he dicho ¡Eh!
¿Qué ha pasó el 26J? Pues la verdad es que ganó las
elecciones la mafia corrupta que se hace llamar PP y que desde ahora en este
blog y hasta que no hagan algo al respecto se llamará la mafia, y lo recalco para evitar equívocos, pese a que la obviedad
es máxima.
A muchxs, esa misma noche del 26J, nos costó en demasía
conciliar el sueño pensando en qué demonios podría haberle pasado a la gente
para que hubiese votado a la mafia más saqueadora de toda la Europa de los
últimos 40 años, o qué diablos podría haber pasado para que casi 8 millones de
personas dieran su confiaza a esa mafia que no sabe más que contaminar y
destrozar su propia tierra (que se lo digan a lxs canarixs si todavía están
maldiciendo y con razón al corrupto Soria por no evitar sino propiciar las
extracciones inútiles y estériles del ilusorio e inexistente petróleo del
Atlántico cercano a las islas), o preguntándonos por qué apoyan a una mafia
xenófoba, racista, LGTBI/GSRDIfoba, machista, y recortadora para los derechos
de personas con diversidad funcional, elucubrando las causas de que tantas
personas hubieran votado una mafia que ha recortado en sanidad, educación,
justicia, seguridad, información, derechos sociales, dependencia, libertad de
expresión y democracia. Lo más lógico y fácil de pensar es que en España hay 8
millones de hombres blancos, heterosexuales y sin diversidad funcional que se
han puesto de acuerdo para gastarnos un broma pesada. No, claro, esto no es
posible… Pudiera ser que el horror propagado por los “miedos de comunicación” (de lo cuales también hablaremos próximamente)
y lxs mismxs políticxs institucionales ha funcionado, ya sabéis, eso de Venezuela,
el Brexit, lo nuevo, lo desconocido y otras cosas absurdas en su mayoría. Claro
que no podemos divagar tanto y considerar a todo votante de la mafia como
acérrimo miedoso, debemos considerar otros motivos, pero ¿Cuáles? Seguramente
haya tantos como personas, pero el hecho de no poder conocerlos todos, a los
que odiamos la política institucional, y por eso mismo nos informamos y nos
leemos los programas electorales de pe a pa, nos hace enfadarnos y volvernos
casi irracionales. Leía, por ejemplo un artículo de opinión de una activista
muy enfadada y con razón con el votante de la mafia. Alegaba horrores sobre la
mente de estas personas ya que al fin y al cabo es imposible que hubiese tantos
mafiosos en nuestro país ¿8 millones? ¡Imposible! Y acababa resignándose con
resultado pero colgando metafóricamente sus “armas” de activismo, comentando
que desertaba, no le daba la gana seguir luchando por gente que vota directa o
indirectamente lo que les es contrario.
Entiendo perfectamente esa postura, todxs lo hemos pensado
¿Qué sentido tiene que un pensionista que no cobra 26000 euros tenga miedo de
un subida del IRPF a las rentas de más de 60000? ¿Quizá Venezuela? Lo dudo. O
¿Qué sentido tiene que unx abstencionista (de lxs que se han abstenido sin tener una razón fundada eh, no me refiero a lxs que lo han meditado) comience a criticar la política si no
es capaz ni de leerse una sola página de un programa electoral aleatorio? ¿Por
qué tenemos que aguantar que una persona que ni siquiera ha hecho el esfuerzo
de cumplir su deber democrático critique a quiénes tenemos esperanzas? Me voy a
aventurar a decirlo, y con respeto a esa activista que seguramente llevará
muchos más años que yo aguantando a la mafia y a la clase política, porque la
democracia es así.
Nadie demócrata, y obviamente esta activista, está diciendo
que el resultado sea ilegítimo (pese a Fernández Díaz, consideremos que no ha
habido fraude electoral a gran escalas, obviando, evidentemente, el voto
rogado, por correo y el buzoneo famoso), sí ha ganado la mafia, y eso lo
respetamos, como también respetamos al votante de la misma, nadie quiere
quitarle el derecho a voto a nadie, solo faltaría que lo hiciésemos quiénes
denunciamos el voto rogado todo lo que podemos y más. No, no hacemos eso, si lo
hiciéramos estaríamos concurriendo y ahondando en el error que en mi opinión
cometió Platón al considerar que la democracia no era superior a la
aristocracia (que es la forma de gobierno en que solo los sabios deciden,
teóricamente está muy bien pero ¿Quién designa a tales sabios? No sé, de todos
modos ya ahondaremos de nuevo otro día en ello). Si concurriéramos
colectivamente en ese error estaríamos yendo incluso contra la democracia al
ignorar la diversidad en cada persona, ignorando que lxs más jóvenes no hemos
vivido un conflicto tan trágico como una Guerra Civil y sus consecuencias en la
postguerra, no hemos votado toda una vida al mismo partido ni hemos salido de
una dictadura donde todo lo democrático estaba mal visto y por reunirte con más
de 3 personas por la calle para hablar de política estaba penado con incluso la
cárcel. Y lo más grave, si cometemos el error de no confiar en el pueblo al que
queremos defender, estamos perdidxs y más vale que nos retiremos a pensar en
qué estamos haciendo mal, pues sin la ciudadanía y el pueblo ¿Para qué
necesitaríamos la democracia?
Sin embargo yo no quiero retirarme todavía, queda demasiado
por hacer y no hay nada que me haga cambiar de opinión. Así, el único método de
no retirarse es lograr convencer. Debemos hacer pedagogía, debemos sentarnos
con nuestrxs, amigxs, familiares, abuelxs y todas las personas a las que les
tengamos afecto (tampoco podemos hacerlo todo nosotros ¡Solo faltaría! Y menos
cuando unx quiere tener vida social, personal y oye amorosa). Y sí hacer esa
pedagogía es difícil, requiere paciencia y dedicación y sobretodo mucha
información adaptada para personas que van a estar a priori muy en desacuerdo
contigo, eso está claro. Será difícil y muchxs nos resignaremos un día para
animarnos otro, ¡Tenemos vida más allá de la política! Mas, lo imprescindible
es, no enfocar nuestro discurso en el único objetivo de que voten, esta acción
ha de ser la parte más simbólica, no obstante lo que debemos conseguir es que
comiencen a pensar que quizá los de siempre no lo han hecho bien, y que
defender cosas como la unidad de España, al hermano que mataron en la Guerra
civil por ser sacerdote no debe de estar en discusión con los DDHH, la
democracia y el bien común, es más, todo lo contrario. Amar al prójimo debe
significar verdaderamente lo que es, una afirmación radical que aboga por la
libertad.
Ellxs tienen mucho dinero, pero nosotrxs tenemos algo que
ninguna mafia podrá comprar, el pensamiento crítico, y queridxs, es muy
contagioso.