10/07/2016

Má$ V@le Cuch!llo en M@no que C!ento Vol@ndo...

¿Qué relación tendrá este rocambolesco título con el contenido de este artículo? Pues chiquillx ¿yo qué quieres que te diga? Habría que preguntarles a lxs votantes del PP, como ellos saben de sinsentidos pues oye quizá te responden con alguna solución pragmática, autosuficiente y adecuada, aunque ya os voy aconsejando que quizá necesitáis unas cuantas drogas blandas. Aunque eso yo no lo he dicho ¡Eh!

¿Qué ha pasó el 26J? Pues la verdad es que ganó las elecciones la mafia corrupta que se hace llamar PP y que desde ahora en este blog y hasta que no hagan algo al respecto se llamará la mafia, y lo recalco para evitar equívocos, pese a que la obviedad es máxima.
A muchxs, esa misma noche del 26J, nos costó en demasía conciliar el sueño pensando en qué demonios podría haberle pasado a la gente para que hubiese votado a la mafia más saqueadora de toda la Europa de los últimos 40 años, o qué diablos podría haber pasado para que casi 8 millones de personas dieran su confiaza a esa mafia que no sabe más que contaminar y destrozar su propia tierra (que se lo digan a lxs canarixs si todavía están maldiciendo y con razón al corrupto Soria por no evitar sino propiciar las extracciones inútiles y estériles del ilusorio e inexistente petróleo del Atlántico cercano a las islas), o preguntándonos por qué apoyan a una mafia xenófoba, racista, LGTBI/GSRDIfoba, machista, y recortadora para los derechos de personas con diversidad funcional, elucubrando las causas de que tantas personas hubieran votado una mafia que ha recortado en sanidad, educación, justicia, seguridad, información, derechos sociales, dependencia, libertad de expresión y democracia. Lo más lógico y fácil de pensar es que en España hay 8 millones de hombres blancos, heterosexuales y sin diversidad funcional que se han puesto de acuerdo para gastarnos un broma pesada. No, claro, esto no es posible… Pudiera ser que el horror propagado por los “miedos de comunicación”  (de lo cuales también hablaremos próximamente) y lxs mismxs políticxs institucionales ha funcionado, ya sabéis, eso de Venezuela, el Brexit, lo nuevo, lo desconocido y otras cosas absurdas en su mayoría. Claro que no podemos divagar tanto y considerar a todo votante de la mafia como acérrimo miedoso, debemos considerar otros motivos, pero ¿Cuáles? Seguramente haya tantos como personas, pero el hecho de no poder conocerlos todos, a los que odiamos la política institucional, y por eso mismo nos informamos y nos leemos los programas electorales de pe a pa, nos hace enfadarnos y volvernos casi irracionales. Leía, por ejemplo un artículo de opinión de una activista muy enfadada y con razón con el votante de la mafia. Alegaba horrores sobre la mente de estas personas ya que al fin y al cabo es imposible que hubiese tantos mafiosos en nuestro país ¿8 millones? ¡Imposible! Y acababa resignándose con resultado pero colgando metafóricamente sus “armas” de activismo, comentando que desertaba, no le daba la gana seguir luchando por gente que vota directa o indirectamente lo que les es contrario.
 
CR3
Entiendo perfectamente esa postura, todxs lo hemos pensado ¿Qué sentido tiene que un pensionista que no cobra 26000 euros tenga miedo de un subida del IRPF a las rentas de más de 60000? ¿Quizá Venezuela? Lo dudo. O ¿Qué sentido tiene que unx abstencionista (de lxs que se han abstenido sin tener una razón fundada eh, no me refiero a lxs que lo han meditado) comience a criticar la política si no es capaz ni de leerse una sola página de un programa electoral aleatorio? ¿Por qué tenemos que aguantar que una persona que ni siquiera ha hecho el esfuerzo de cumplir su deber democrático critique a quiénes tenemos esperanzas? Me voy a aventurar a decirlo, y con respeto a esa activista que seguramente llevará muchos más años que yo aguantando a la mafia y a la clase política, porque la democracia es así.
Nadie demócrata, y obviamente esta activista, está diciendo que el resultado sea ilegítimo (pese a Fernández Díaz, consideremos que no ha habido fraude electoral a gran escalas, obviando, evidentemente, el voto rogado, por correo y el buzoneo famoso), sí ha ganado la mafia, y eso lo respetamos, como también respetamos al votante de la misma, nadie quiere quitarle el derecho a voto a nadie, solo faltaría que lo hiciésemos quiénes denunciamos el voto rogado todo lo que podemos y más. No, no hacemos eso, si lo hiciéramos estaríamos concurriendo y ahondando en el error que en mi opinión cometió Platón al considerar que la democracia no era superior a la aristocracia (que es la forma de gobierno en que solo los sabios deciden, teóricamente está muy bien pero ¿Quién designa a tales sabios? No sé, de todos modos ya ahondaremos de nuevo otro día en ello). Si concurriéramos colectivamente en ese error estaríamos yendo incluso contra la democracia al ignorar la diversidad en cada persona, ignorando que lxs más jóvenes no hemos vivido un conflicto tan trágico como una Guerra Civil y sus consecuencias en la postguerra, no hemos votado toda una vida al mismo partido ni hemos salido de una dictadura donde todo lo democrático estaba mal visto y por reunirte con más de 3 personas por la calle para hablar de política estaba penado con incluso la cárcel. Y lo más grave, si cometemos el error de no confiar en el pueblo al que queremos defender, estamos perdidxs y más vale que nos retiremos a pensar en qué estamos haciendo mal, pues sin la ciudadanía y el pueblo ¿Para qué necesitaríamos la democracia?

Sin embargo yo no quiero retirarme todavía, queda demasiado por hacer y no hay nada que me haga cambiar de opinión. Así, el único método de no retirarse es lograr convencer. Debemos hacer pedagogía, debemos sentarnos con nuestrxs, amigxs, familiares, abuelxs y todas las personas a las que les tengamos afecto (tampoco podemos hacerlo todo nosotros ¡Solo faltaría! Y menos cuando unx quiere tener vida social, personal y oye amorosa). Y sí hacer esa pedagogía es difícil, requiere paciencia y dedicación y sobretodo mucha información adaptada para personas que van a estar a priori muy en desacuerdo contigo, eso está claro. Será difícil y muchxs nos resignaremos un día para animarnos otro, ¡Tenemos vida más allá de la política! Mas, lo imprescindible es, no enfocar nuestro discurso en el único objetivo de que voten, esta acción ha de ser la parte más simbólica, no obstante lo que debemos conseguir es que comiencen a pensar que quizá los de siempre no lo han hecho bien, y que defender cosas como la unidad de España, al hermano que mataron en la Guerra civil por ser sacerdote no debe de estar en discusión con los DDHH, la democracia y el bien común, es más, todo lo contrario. Amar al prójimo debe significar verdaderamente lo que es, una afirmación radical que aboga por la libertad.

Ellxs tienen mucho dinero, pero nosotrxs tenemos algo que ninguna mafia podrá comprar, el pensamiento crítico, y queridxs, es muy contagioso.