Primero de todo os aviso que este “escrito” no es como los que suelo hacer
en este mi queridísimo, blog, pero ya que hoy es mi cumpleaños me hago un
regalo, aunque también me los hago en mi no cumpleaños, que para algo soy mío.
Sin embargo ya os digo que los años no mueren o se renuevan, simplemente crecen
con nosotros, pero de eso ya hablaré otro día.
Bajaba las escaleras hacia el metro como la mayoría de días, con el
objetivo de “encaminarme” a la facultad
en la que estudio. Mas la fortuna, el azar y el modo aleatorio de reproducción
de música de mi teléfono, me sonrió permitiéndome escuchar, una de mis
canciones favoritas “Embrujada” de Tino Casal.
Lo cierto es que es una canción, de “La Movida” que en mi opinión es muy
sencilla, pero aún así sus sintonías alegres, despreocupadas y desenfadada, por
no mencionar el estilo de esta canción que es fabuloso… En fin que tú te la
pones y no puedes evitar bailar, o al menos mover un poco el pie, que es lo
único que te permite la convención y las reglas sociales del transporte
público, claro. No sé, pero es una canción de lo más estética, y evidentemente
ética, como diría mi querida Lady Tervlanodle.
Os habréis preguntado (o al menos eso espero, porque si no me desmontáis
todo el hilo de la narración y no hay derecho entonces, aunque tampoco lo hay
ahora) el porqué de este título, bien, para que entendáis eso os explicaré una característica
de este blog. Aquí publico varios tipos de artículos, ensayos o como queráis
llamarlos. Un tipo es el cual ocupa la gran parte de espacio de este blog, y es
en el que prefiero desarrollar una idea a partir de un tema que me interesa,
descama o derivados… No obstante en otros también hay que dejar libre a la
diosa creatividad titular y escribir guiada por ella, me explico, el hecho de
desarrollar una idea a partir de un enunciado que se te ocurre por, qué se yo,
inspiración divina espontánea, me parece de lo más artístico. Desgraciadamente
me sucede más de lo que desearía, de hecho hoy se me ocurrió porqué no escribir
de una Lady llamada Cuervo Negro… Y demás inverosimilitudes, mas que es la vida
sin ellas, tener una vida cuadriculada tan sólo les sirve a las figuras
geométricas, y no se vosotros pero yo al menos aspiro a dodecaedro. Retomando
el tema, mientras escuchaba esa canción, la típica brisilla de metro viene en
dirección contraria a la que yo llevaba mientras escuchaba esa canción, el azar
mes estaba azotando con una brisa embrujada, la brisa de la inspiración y de
verdad os digo que me paré de golpe para apuntar ese título, me pareció tan hermoso
y bello, no sé tiene una sonoridad magnífica, casi comparable con la canción
que sonaba pero más simple que la brisa que venía en dirección contraria. Y eso
era la inspiración, una brisa embrujada creada por el abanico que pertenece a
la diosa creatividad.
Yo con la sonoridad de las palabras soy muy peculiar (¿Debo de tener alma
de poeta quizá? NO más bien yo creo que le busco siempre tres pies al taburete,
es decir al gato), pero vamos, como vosotros queridísimos lectores que me leéis,
porque todo lo malo se pega, aunque en este caso he de decir en mi defensa que
ser diferente y especial es de lo más ético, estético y gratificante. Bueno por
tanto hay palabras con sonoridad rítmica, mas otras que son verdaderamente
horribles. Esas palabras horribles, es que oye es mentarlas y me entra un
escalofrío más desagradable, no sé me resultan quisquillosas, asquerosas,
chirriantes. Os pondré un ejemplo: exquisito. Tiene la sonoridad de unas uñas
rozando suavemente con una pizarra, ya me entendéis. No me preguntéis porque me
resulta así de irritante, simplemente me resulta de este modo por una razón
irrazonable e “incognistística” (veis, este “palabro” en cuestión, tiene una
intensidad surrealista a la par que novedosa), de la cual no quiero acordarme.
Por otra parte, por otro lado, en la otra mano, o quizá en la otra cara de
la moneda y de más sinónimos, encontraríamos las palabras que me gustan, que
tienen una sonoridad y un ritmo genial, locuaz, rápido y lento a la par, en fin
artísticas. Por ejemplo estarían ético, estético, psicodelia, escatológico,
embrujo, o incluso demagogia, lo cual es poco ético, mas su sonoridad sí es
ética, y estética evidentemente. Es decir, no importa tanto el significado de
la palabra sino su sonoridad, una sonoridad bella y por consiguiente cierta.
Porque si sólo tuviese en cuenta, evidentemente la palabra demagogia no sería
la más adecuada, aunque sí para algunos personajes de la vida pública de España.
Retomando el tema de la inspiración. No sé si existirá o no, bajo el punto
de vista de mi experiencia desde luego, jamás olvidaré aquel examen de física
de selectividad… Lo cierto es que la explicación más bella de la inspiración,
en i opinión es la de la reminiscencia de Platón. Él pensó que todo lo que
intuíamos era porque en vidas pasadas lo habíamos vivido, es decir que nosotros
éramos sujetos del recuerdo. No sé es una visión bastante mística y
trascendental que no debemos obviar, de la mismísima historia de la humanidad.
Pero es que la inspiración es bella por sí misma, como idea de inspiración
(retomando la teoría platónica), y simplemente es bella porque desemboca en
creación y esto es magnífico a la par que maléfico, según se mire…
Lo único cierto es que yo prefiero pensar en un destino espontáneo escrito,
es decir, nosotros podemos cambiar el destino, pero también podríamos dejarnos
llevar por él. Obviamente en las cosas más trascendentales no tenemos otra
opción que cambiar nuestro destino, pues si no seríamos seres pasivos, y por
ahí no paso, pues somos dueños de nuestra vida y destino y no creo que estemos
predestinados. No obstante, he de admitir que la idea de destino programado es
bastante mística, pensadlo, si no hubiese habido esa brisa, si no hubiese
estado en el metro, y si no hubiese sonado la canción de embrujada, jamás
hubiese escrito este ensayo… Entonces ¿Ha sido cosa del destino? Es bonito pensarlo,
pero os tengo que contar la verdad, yo tenía pensado desde hace tiempo hablar
de la inspiración pero esa brisa embrujada, refiriéndome al viento y la canción
no las programé yo así que en cierto grado fue cosa del destino pero con una
base fundamentada de decisión por arte de una persona como soy yo…
En conclusión, en este escrito solamente deseaba mostrar la belleza de la
idea de inspiración, destino, azar y demás. Sin embargo yo creo firmemente que
los humanos somos dueños de nuestro destino, y aunque yo creo en Dios, y en que
Él todo lo sabe, también creo que nos dio la libertad, así que como libres que
somos, de nuestro destino y vida también. Pues si estuviésemos predeterminados intrínsecamente
y estrictamente a una función o acto ¿No seríamos marionetas con movimientos
muy limitados? En cierto modo sí, los humanos somos limitados (unos más que
otros, en los que me incluyo ¡Faltaría signo de multiplicación o punto!), mas
dentro de esa limitación, somos tremendamente libres, y yo me quedo, como
seguramente vosotros, con esa libertad, con mi vida y mi destino. Y sin hacer
daño a nadie, también me quedo con mis ideas de belleza y de inspiración, que
no viene mal cuestionárselas de vez en cuando y para variar.
Y ya me despido de vosotros con la canción “Embrujada”, deseándoos que todos
los días de vuestra vida sean felices, pues de vosotros depende… ¿Por qué?
Básicamente, porque somos el Eje del Mal, y ya os contaré en otra ocasión
porqué…