El pasado 11/4/16 fallecía Shangay Lily, activista LGTBI,
feminista, Drag Queen, rojo y ateo, como él, al menos solía describirse ¡Ah! Y
por supuesto “artivista” en suma. Y me gustaría dedicarle un pequeño homenaje a
su activismo.
Cuando falleció Pedro Zerolo, los medios, y la clase
política se volcaron en forma de numerosos homenajes, todos ellos merecidísimos
evidentemente, pero uno se queda perplejo al ver que a Shangay Lily solo le
dedicaron 30 segundos de telediario (la ciudadanía y los más afines evidentemente
no cayeron en la tentación de los medios, esto también es evidente), puesto que
creo que una de las personas que puso en la mesa conceptos sociológicos tan
importantes como posteriormente recordaré (pues en este blog y los comentamos,
al menos en según qué enfoques) necesitaba al menos de tiempo para premiar ese
activismo… Pues qué sé yo, con recordar esos conceptos tan importantes… Y eso sí, importantes porque han tenido una
utilidad para personas que necesitábamos que alguien amigo nos dijera que
nosotrxs también éramos válidos, como cualquier otrx.
Shangay Lily (no la revista que lleva su nombre, que poco
hablaremos de ella en este blog, aunque de vez en cuando saca algún que otro
buen artículo, repito, muy de vez en cuando…) sabía perfectamente que ser
activista significaba ir en contra del verdugo, algunxs prefieren ir contra el
verdugo de otras formas, Shangay Lily prefirió pasar a la acción, sería quizá
que se cansó de explicar (otrxs peferimos seguir con la maratón, de momento).
Muchxs lo conocimos por sus artículos en el Diario
Público y otrxs por increpar a Rajoy, otrxs por increpar a jóvenes católicxs en JMJ (quizá no por su religión, sino por la falta de separación Iglesia-Estado, dudo mucho que Shangay tuviera algún problema con las personas creyentes, más bien con los poderosos), unxs se quedaron en la anécdota,
otrxs quisimos ir más allá para toparnos con esos conceptos “sociológicos” por
clasificarlos de algún modo. Shangay Lily volvió a sacar el espinoso tema de la
endodiscriminación, el gaypitalismo,
o la unión de luchas en contra de las ya unidas discriminaciones, lo que
posteriormente yo conocería gracias al trabajo de Irantzu Varela en el Tornillo como interseccionalidad (este es “spam” del bueno).
Es muy curiosos como todos estos conceptos se resumen en
interseccionalidad, sin embargo, no debemos obviar las diferencias.
Muchxs han sido lxs que incluso dentro del colectivo LGTBI
ciertxs miembros nos han cuestionado de diferentes modos ¿Qué les voy a
explicar yo a lxs bisexuales y transexuales? Y es que la endodiscriminación es
como esa agua sucia que es capaz de introducirse en todas las grietas y
recónditos, que no son más que nuestra ignorancia, porque es así de donde nace
la discriminación de la ignorancia. Y aunque unx a veces le apetece pensar que
quién es discriminadx aprende a no discriminar, pero a veces (y por fortuna muy
pocas) se equivoca. Cosas de tener boca, gajes del oficio, dirían. Mas lo
cierto es que si no tienes cierta talla, cierto status o cierta cantidad de
dinero en tu bolsillo, cierta parte minoritaria del colectivo no te considera
apto, incluso para amar. Quizá será porque esa parte del colectivo no forma
verdaderamente parte del mismo. Y Shangay Lily fue uno de los que puso en la
mesa, el hecho de que ser gordx, ser bajito o ser cómo fueras, siempre y cuando
respetaras y defendieras los DDHH, era totalmente aceptable, porque al fin y al
cabo para ser gay solo es necesario un requisito, sentirse atraído por hombres
siendo tú un hombre, ser maricón va muchísimo más allá como se suele decir
desde trasnmaribollo pero eso ya lo
comentaremos en otra ocasión.
El gaypitalismo es
lo que se puede avanzar en DDHH dentro del capitalismo. No soy comunista, de
hecho no he podido ni acabar el segundo capítulo de El Capital pero sé que el capitalismo tampoco es lo mejor, aunque
se puedan hacer cosas, como diría Rajoy de lxs catalanes. Del feminismo
aparendimos a ver al capitalismo como aquel sistema de dominación que se
encuentra tremendamente cómodo ante el machismo y la LGTBIfobia. No nos
confundamos cuando salen empresas patrocinando el orgullo, no es su objetivo
principal, sino contemplad su imagen estándar de homosexual (nada más lejos de
la realidad) y de su invisivilización al resto del colectivo, incluyendo a las
mujeres homosexuales. Ni hablar cabe ya de el esperpento concurso de Mr. Gay de
España, ese absurdo evento que patrocina cuerpos perfectos, no señorxs no
¡Todos los cuerpos son bellos! Y el maquillaje no es incoherente con esto, ponerse
un poco de rímel no está reñido con el “artivismo”, eso Shangay Lily lo sabía
perfectamente. Yo como los de C’s, permito retoques no cambios.
Claro que del tema del orgullo comercial da rato para
hablar, no sé, yo reivindicaría más variedad en pregonerxs, más carreras de
tacones, más círculos de debate en semanas tan señaladas… El dinero no puede
ser la única justificación para celebrar la semana de los disturbios de
Stonewall dónde (y entre otros) cuándo el colectivo LGTBI se hartó de una vez
por siemprey comenzó a visibilizar sus luchas para conseguir ser felices e
iguales a cualquier otra persona.
Shangay Lily no se cansó nunca de militar por la unión de la
diversidad de las luchas, vayamos al contenido, no nos quedemos sólo en el
“lipstick”. Y eso merecía un reconocimiento. Como veréis yo no soy un experto
en Shangay Lily, pero como a muchxs, en ciertos momentos en los que no lo
estábamos pasando muy bien, no viene muy bien que una voz amiga nos dijera lo
que significaba en realidad ser homosensual, y no lo que nos contaban desde los
medios. Porque como decía Agrado “Una es más auténtica cuando más se parece a
lo que ha soñado sobre sí misma”, y nadie debe decirnos qué soñar ni qué ser
siempre que estemos de acuerdo con nosotrxs mismxs y respetemos, eso por
descontado.
En fin, ahora me dirijo a Shangay Lily: ¡Muchas gracias por
tu “artivismo” Shangay Lily! Cogemos el relevo y seguimos luchando por un mundo
más justo, dónde no se excluya a nadie, por nada.