30/11/2021

Gátov@

Es extraño presentarse a estas alturas, nunca es tarde si la dicha es buena, supongo.


Soy Ferran, soy médico, específicamente residente de Medicina familiar y comunitaria de tercer año. Nuestro periodo de residencia consta de varios meses en según qué rotatorios; estancias formativas: Cardiología, Neumología, Traumatología…

Uno de estos rotatorios es el conocido como “Rural”. Consta de tres meses en un centro de atención primaria de una zona rural. 


Queda ya lejos el mes de mayo en que busqué un pueblo que conoceréis que se llama Gátova, estaba un poco lejos, pero creí que valdría la pena. No me equivoqué. Pensé que vivir en este pueblo, además, me enriquecería como persona, me permitiría observar el significado de ruralidad en la salud en su más extenso significado. Tampoco os negaré, no debo esconderme, la atracción que también sentí al ver desde un ordenador los intensos paisajes montañosos que ofrecía este pueblo de interior. 


Durante estos trepidantes meses de Septiembre, Octubre y Noviembre he podido conoceros, tratar de ayudaros e incluso acompañaros. La profesión sanitaria tiene estos privilegios. Me quedo con todas las buenas personas de Gátova, su honestidad, humildad, fortaleza, amistad, riqueza humana y ¡tolerancia al frío! No es preciso nombrar, que a nivel individual y comunitario ha sido una verdadera experiencia gratificante compartir momentos tan satisfactorios mas a veces dolorosos que implican la salud física, mental y social. A menudo la labor sanitaria consiste en saber acompañar a la persona que sufre y en la medida de lo posible tratar de que dicho padecimiento sea el menor. Espero poder haber colaborado en el aminoramiento de este posible sufrimiento, como vosotras y vosotros habéis incrementado mi formación como médico.


No puedo decir más que buenas palabras de las enfermeras que he conocido, en especial Elba y Vicent: personas profesionales comprometidas en la salud de las personas y la docencia ¡Gracias por compartir un pedazo de vuestro conocimiento conmigo!


No me puedo olvidar de la que ha sido mi tutora y es vuestra médica de familia: María. Quiero llegar a comprender la dificultad de la tarea que es la tutorización de residentes, desconozco los estándares de una persona que llega a ser buena tutora así que te diré lo que yo opino: gracias por la progresividad, por la autonomía supervisada, por transmitirme un pedazo de tu conocimiento, por tu paciencia, por tu dedicación, por tu vocación; no como una romantización ciega hacia una profesión que admita cualquier concesión sino como el privilegio que también conlleva experimentar empáticamente las vivencias de las personas en sus satisfacciones y acompañarlas en sus dolores también diversos. Desde la inexperiencia, pero con convicción puedo decirte que has sido una excelente tutora como lo eres en el desarrollo de nuestra profesión.


Dicen que la lotería en Gátova siempre toca, me temo que a mí ya me tocó cuando escogí este pueblo y conocí a sus personas, profesionales...



Muchas, ¡muchísimas gracias!