16/01/2021

La inter$ecc!ón corpóre@

Escribo este artículo con muchas ideas que transmitir. Después de una búsqueda bibliográfica. La interacción de la transfobia y la gordofobia es extensa cuando comienzas tu investigación y experiencia; estamos hablando de cuerpos al fin y al cabo. Quiero estructurar el artículo en 4 ejes fundamentales que iré desgranando: las corporalidades, la discriminación interiorizada, el identitarismo y el clímax con la intersección. Para ello me voy a basar en dos artículos que los añadiré al final en el bloque de referencias así como en un manifiesto y un ensayo que también referenciaré para que podáis consultarlos si así lo consideráis.



El sociólogo y activista trans Miquel Missé reflexiona en su obra A la conquista de un cuerpo equivocado cómo a la corporalidad gorda la culpabilizan por una supuesta elección de vida estructurada en salubridad, ética y estética (1) y sin embargo a la trans la culpabilizan por reconocer la inexactitud del binarismo, por su atrevimiento. Compara y comprueba la idea del nacimiento en un cuerpo equivocado como relato de muchas personas cis hacia las corporalidades trans con la supuesta elección de las personas gordas ¿Qué hubiera pasado si el relato hacia las personas gordas también fuera el de otra posibilidad de cuerpo por un supuesto encarcelamiento en su cuerpo actual? ¿Sentirían, por tanto, las personas gordas experiencias comparables con las personas trans? Desde luego es una pregunta que se atreve a formular muy interesante a la vez que vanguardista. A las personas gordas se nos culpabiliza y nos culpamos de nuestra condición gorda, es cierto que una persona que es gorda puede dejar de estarlo, pese a que en su memoria y su identidad puede persistir ese sentimiento, ese ser. Me cuesta imaginar cómo me hubiera sentido ante el alternativo precepto de una corporalidad equivocada en el nacimiento, desde luego coincido con el autor con que la discriminación compartiría más ejes de los actuales.


La belleza está en el interior.

Cuánto daño ha hecho este precepto tanto a las personas gordas (1) como a las trans. No obstante hablaré de otro interior: la discriminación interiorizada. Se puede subdividir en otros dos tipos que son la heterorreferenciada y la autorreferenciada, desde ahora DIH y DIA respectivamente, para abreviar. En cuanto a la DIH está clara, se trata de una manera de discriminación de la que requiere una destrucción con el aprendizaje, la mayor parte de las veces. Sabemos de sobra que el cisheteropatriacado nos ha enseñado qué atributos, genitales y expresión de género corresponde a cada identidad binaria. Es necesario un aprendizaje extenso de que los gustos son aprehendidos (2) y no son innatos. La DIH cobra sentido explícito durante las interacciones referentes a la atracción romántica y sexual (3); cuando el binarismo crea la necesidad de una tercera orientación sexual cuando sientes la atracción por una persona de tu mismo género o diferente si se es homosexual o heterosexual, respectivamente cuando esta no es cisgénero. Una persona que es homosexual y que se siente atraídx por una trans de su mismo género deviene bisexual, al menos no por esa razón, la genitalidad no define al género, la transfobia sí es la responsable de generar esa idea.

Quizá quedará más claro con la DIH gordófoba. Calificamos una discriminación interiorizada porque su usuarix tiene cierto recorrido en el activismo y aprendizaje del interseccionalismo. Una discriminación interiorizada heterorreferenciada (4) es propia de las mellas de los gustos, por eso se dice que es superable con el aprendizaje deconstructivo, por eso también puede ser usada en personas trans y gordas…



La DIA encarna el miedo de la persona trans o gorda a la sociedad generado por la opresión que sufre. Un miedo que paraliza, que evita situaciones de exposición, que su usuarix conoce perfectamente pero que deberá trabajar para superar. Evidentemente no puedes reclamar que una persona con su individualidad supere tal discriminación ¡es imposible! La sociedad y su educación es responsable del dolor de estas personas, pero el progreso significa caminar más cerca de un horizonte que quizá no llegas a alcanzar, quizá con ayuda conseguimos lograr una vida más vivible (5); al fin y al cabo la discriminación es sistémica, la lucha como mínimo deberá ser coral, de cuidados y colectiva. 


La crítica a lo identitario cuando de colectivos oprimidos se refiere suele suceder por parte de personas que pertenecen a colectivos opresores con privilegios. Miquel Missé, nuevamente, da un punto de vista vanguardista a la vez que conciliador en referencia a estos temas (6): espacios mixtos, exclusión o respeto de la palabra. Concluye que personas en proceso de reconocimiento de privilegios merecen participar en debates que también les interpelan. Es evidente, por ejemplo, que el sujeto político de la gordofobia son las personas gordas, pero incita a pensar que las personas con cuerpos más normativos merecen también opinar en debates de tan alta complejidad porque les estarían interpelando. En referencia a los espacios mixtos considera que debe ser el proceso de transición inevitable de todos los movimientos sociales interseccionales. Reflexiona sobre el papel de los espacios no mixtos como herramienta o medio de protección y debate pero jamás de fin en sí mismos. Gran eficacia de dicho pensamiento, en mi opinión. Es evidente que una persona que ha nacido experimentando opresión y otra privilegio van a tener diferencias de vivencias y no considero perjudicial que la persona privilegiada entre en un espacio no mixto para visualizar y aprender las vivencias del sujeto político concreto de una discriminación. La prudencia, el reconocimiento y las ganas de mejora también, obviamente, deben de ir ya no paralelas si no un paso por delante a la necesidad e aprendizaje.


La pura intersección entre la gordofobia y la transfobia: la salubridad (7).

Desde el momento que la gordura es típicamente asociada por el cisheteropatriarcado como síntoma de debilidad y por tanto de feminidad, desde el momento en que a las personas trans se les exige tránsito y adecuación a un género dentro de un sistema binario de poder, desde el momento es que se necesitan valoraciones médicas y psicológicas para evaluar, todavía, la capacidad de decisión de una persona con respecto a su identidad y cuerpo, desde que los deseos de encajar en la sociedad por parte de las personas trans requieren hormonación y cirugías, desde el momento en que la disforia (entendida evidentemente como sufrimiento de las personas trans generado por la sociedad y no como el antiguo diagnóstico sinómimo de transexualidad) puede matar a una persona trans, desde que muchas intervenciones endocrinológicas o quirúrgicas se deniegan por criterios de peso corporal, se hace imprescindible plantear cómo estos dos ejes de opresión interseccionan. 


Kivan Bay, en el artículo que referencio, relata experiencias médicas de personas trans gordas. La gordura, y como médico y persona gorda debo reconocerlo, es un factor de riesgo para numerosas enfermedades, pero la estética y la autoestima no son foráneas a las personas gordas, tal y como nos quiere hacer sentir en sistema gordofóbico. Como sanitarx se debe realizar una evaluación del beneficio riesgo de una intervención y su negación ¿Qué posibilidades tiene una persona trans que decide tomar andrógenos o bloqueadores hormonales? ¿Qué labor tiene unx sanitarix para con ese usuarix a parte de informarle? ¿No deberían entrar en los factores de decisión terapéuticas factores psicológicos de las personas trans gordas? El dolor que puede generar el personal sanitario hacia las personas trans gordas debe ser revisado, no por considerar a las personas trans y gordas como débiles o tristes, si no porque no tiene sentido que la medicina transite hacia el mayor empoderamiento de lx paciente siempre y solo cuando estx sea cisheterosexual, hombre, blanco, independiente económicamente y capacitista.



La gordura y la identidad trans son ejes pendientes de inclusión en los llamados movimientos Body Positive. Como persona cis blanca y gorda he de reconocer la ausencia de representatividad trans en movimientos gordos mainstream (8). Conocer las historias de modelos de moda trans y gordas, cómo son tratadxs por la industria que les da trabajo, conocer las dificultades de relación con otras personas fuera de su condiciones disidentes, introducir la figura de reconocimiento sanitario hacia las personas trans gordas, estudiar las intersecciones con otros ejes de opresión sistémicos como el género y la racialización. El fin del binarismo será gordo y trans, amigxs.



  1. Piñeyro, Magdalena. 10 Gritos contra la gordofobia. 2019.
  2. http://coletines.blogspot.com/2020/08/no-es-cueton-de-guto.html
  3. http://coletines.blogspot.com/2019/07/breve-introduccon-sobre-el-prvlego.html
  4. http://coletines.blogspot.com/2018/06/otra-hstor-de-un-panza-subversv-culquer.html
  5. Bernini, Lorenzo. Introducción a las teorías queer. 2018
  6. http://latrivial.org/miquel-misse-la-gente-trans-vive-en-un-genero-que-no-es-el-que-se-esperaba-de-ellos/
  7. https://medium.com/@kivabay/la-intersecci%C3%B3n-de-la-gordofobia-y-la-transfobia-82f7e8b199cd
  8. https://www.bibliotecafragmentada.org/wp-content/uploads/2014/10/La_cerda_punk.pdf