09/01/2017

80 @ño$ Son Dem@$!@do$...

La historia nos explica que fue el 17 de un julio de 1936 cuando comenzó la Guerra Civil Española, poniendo punto y final a una democracia, la de la II República. Comenzó una guerra con dos claros bandos, y esto es importante que se diga con todas las letras: entre un bando que defendía la democracia y otro que defendía una forma de gobierno clasista, machista, xenófoba, fascista, totalitaria, LGTBI/GSRDIfoba… Evidentemente, este va a ser un artículo de opinión pero va a estar basado en la historia y os suplico que lo sigáis leyendo sin prejuicios pero con memoria.
La II República duró relativamente poco. Esta se proclamó tras unas elecciones municipales en un abril de 1931, suponiendo unos avances astronómicos y superlativos en cuestiones agrícolas, educativas, democráticas, feministas, territoriales pero también religiosas y militares. Y aunque ponga el “pero” solamente en dos cuestiones, realmente el cambio de modelo de estado que proponía la República era lo que llevó a una clase social alta y militarista a sublevarse.

Lo que trató la República en cuanto a progreso es incuestionable: vehiculizar las protestas de las sufragistas en una ley que garantizara el voto para las mujeres, avances en los derechos de lxs campesinxs frente a los terratenientes, el divorcio, la libertad de cátedra… Es cierto que en esta etapa se quemaron iglesias y se atacó a la baja jerarquía eclesiástica y a monjxs con la indiferencia tácita de los gobiernos izquierdistas y posterior arrepentimiento de una de sus cabezas visibles (Azaña), pero desde luego no se realizó ningún genocidio.
Pero pareciera que algunos militares no estaban dispuestos a renunciar a sus significantes privilegios ni tolerar los avances de este gobierno. Así que ¿qué hicieron? ¿Presentarse a unas elecciones como lo hizo la CEDA? Pues claramente no, así que tomaron las armas en contra del establecido bando republicano o como ellos lo llamaban “rojo”, en contra de un bando sin apenas militares, formado casi en su totalidad por personas afiliadas a partidos políticos de izquierdas o a sindicatos y otras agrupaciones. Fue cobarde, eso por supuesto, y como todxs sabemos, al final perdimos todxs. Y tras asesinatos, violaciones, torturas, exilio de un pueblo por pensar como lo hacía, y otras discriminaciones, el criminal dictador moría, no sin antes dar su último pistoletazo con los atentados de Atocha, y no sin antes garantizarse una clase social importante que todavía pensase aquello de que “con Franco no se vivía tan mal”. Ya que así era, no se vivía tan mal siempre que pensaras, hablaras, amaras, sintieses… como lo hacían el dictador y sus siervos. Y eso, obviamente, no es vivir bien.
 
Las "13 Rosas" 
Es cierto que la historia es codiciosa y no es una ciencia, por suerte o desgracia está influenciada en mayor o menor grado por los ojos u oídos que la han sentido. Y tras 80 años del golpe a una democracia que tenía más aciertos que errores, nos encontramos en una democracia representativa con una monarquía  y una constitución no votada ni decidida por más del 50% de la población española, y con unas instituciones que toleran a aquellos que se hacen llamar franquistas y fascistas, y a un partido político con muchísimos votantes, fundado por un ministro franquista y nacionalista español. Y todavía no han sabido pedir perdón en nombre de su tan adorado fundador. Somos el segundo país después de Camboya con más desparecidxs, tenemos unas instituciones y una importante parte de la ciudadanía que no cree importante que se reivindique que matar a personas por pensar como lo hacían no es justo, que se reivindique la memoria de las mujeres que sufrieron solas lo indecible de criar a lxs hijxs de lxs rojxs (como recordaba el poema de Consuelo Ruiz: Las mujeres de los rojos), porque sus maridos o estaban muertos o estaban exiliados en Francia u otros países…

Y es que desgraciadamente tenemos un país con muchas personas, las cuales piensan que en el franquismo no se vivía mal, o que el franquismo, 40 años de dictadura con todo lo que ello supuso, era igual de malo que la República. Debemos recordarles la historia. Debemos recordarles los aciertos y también los errores que tuvo la República, convencerlos de que las armas jamás deben ser la solución sobre la confrontación pacífica de ideas. Es cierto que en la Guerra Civil murieron personas de ambos bandos y ambos bandos mataron y no quiero entrar más con este artículo en ello. Mas debemos recordar, de nuevo, que durante 40 años, quiénes reprimieron, violaron y asesinaron fueron el franquismo y sus secuaces, con el beneplácito de la Iglesia Católica, que tras tildar la Guerra Civil, iniciada por el bando sublevado, de “cruzada” todavía, tras más de 80 años, no ha pedido perdón. Y para quiénes no lo sepan, para algunxs católicos, una cruzada supone una guerra en la que cuando matas, lo haces para defender la religión y por tanto no es pecado, más bien todo lo contrario, las cruzadas dan algo que lxs católicxs conocemos como indulgencia plenaria, que grosso modo significa perdonar los actos contrarios a los mandamientos católicos ¿Os suena lo de cruzada? Es lo que también malinterpretan como guerra santa los yihadistas, en vez de guerra contra unx mismo y contra los pecados personales.

Durante 40 años de dictadura, las víctimas de la Guerra Civil y de los atentados anarquistas durante la República hacia lo eclesiástico, fueron dignificadas y conmemoradas. Por ejemplo, sobre la Matanza de Paracuellos, organizada por el bando republicano, y aunque hay muchas dudas entorno e estos asesinatos, las víctimas, como debía der, fueron recordadas, conmemoradas y dignificadas. Y los nombres de estas personas fueron recopilados en libros y recordadas por ser, entre otras cosas, seres humanos ajenos a la guerra. No es esto lo que pasó con las víctimas del otro bando, las cuales hubieron de ocultarse casi en el anonimato (Mambrú se fue a la guerra [1986]) personas y por supuesto en el anonimato político durante 40 años, mientras veían a familiares incluso, enterradxs en fosas comunes tras violaciones y ejecuciones a parte de encarcelamientos forzosos por hechos tan peligrosos como que tu padre fuera republicano, o formar parte del sindicato de profesorxs… 


Debemos exigir leyes de memoria histórica justas que dignifiquen , por un lado a lxs familiares de las víctimas del franquismo (pues durante este período ya se dignificó a las víctimas de ciertos grupos terroristas durante la República y a las que murieron asesinadas por el bando republicano durante la Guerra Civil Española), y por otro exigir respeto para con todas las víctimas y los familiares. Debemos despertar del largo letargo de más de 80 años para considerar ya inadmisible que políticos como Rafael Hernando se atrevan a tildar a las asociaciones de familiares de víctimas del franquismo como de aprovechadas o escuchar cómo considera este irresponsable franquista “corruPPto”: que los familiares se acuerdan de las víctimas solo cuando hay una subvención por medio. Debemos ser intolerantes con la intolerancia y la falta de empatía, debemos hablar de lo que ocurrió esos años, y así comenzar a cerrar heridas con justicia y sin necesidad de que los familiares de las víctimas del franquismo tengan que irse a Argentina a que una jueza les permita exhumar una fosa común en busca de su abuela o su padre, o tengan que ir por la calle viendo letreros de asesinos franquistas, de asesinos que propiciaron la muerte de sus familiares, que propiciaron la injusticia en nuestro país. Debemos exigirlo por ellxs y por nosotrxs, para poder mirarnos con alegría y con memoria al decir que condenamos la violencia y que confrontamos las ideas con palabras respetuosas y no con balazos, ni violaciones, ni asesinatos, ni palizas. Sé que es mucho lo que me dejo por contar, pero es un buen comienzo para seguir reivindicando… Para asegurarnos de que estas atrocidades jamás vuelvan a ocurrir.