17/06/2016

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El pasado 12/6/2016 nos enterábamos de una horrible matanza en Orlando, Florida. Un acto LGTBIfobo que hería a más de 50 personas y asesinaba a 50 por el mero hecho de ser LGTBI, por el mero hecho de ser como unx realmente era, por el mero hecho de amar, por el mero hecho de apoyar a este colectivo del que yo formo parte.
Como todxs sabemos parece ser que un degenerado extremista entró e una discoteca  orientada para público LGTBI ensañándose con las personas que ahí se estaban divirtiendo y disfrutando.
Se trató de un acto puramente LGTBIfobo hacia una comunidad LGTBI de mayoría afroamericana e hispana recluida en un recinto enfocado en estas personas. El asesino pudo haber escogido cualquier discoteca enfocada a cualquier tipo de persona, pero escogió una muy singular. Escogió asesinar a personas de un colectivo universalmente discriminado, golpeado, violado, masacrado, insultado y asesinado. Escogió ensañarse con personas del colectivo LGTBI y personas que entendían que se debían respetar a las personas independientemente de a quiénes amara o cómo se sintiesen respecto a sus géneros o identidades o simplemente vistiesen diferente a como el sistema patriarcal les decía que debían vestir.
Y sí, escogió un recinto con mucho significado para muchas personas del colectivo. Un recinto que puede ser incluso el único, para muchas personas LGTBI, en el que pueden ser ellxs mismxs y no tienen que tener miedo a que les miren, les insulten, les peguen o les asesinen y violen. Un recinto de paz convertido en un infierno por un asesino que odiaba a las personas que se sentían libres, odiaba a las personas que querían amar sin sentir miedo, a esas personas que solamente querían ser coherentes con lo que eran.



Y después de esta desgracia LGTBIfoba, hubo dos posturas, solo dos, la postura humana del dolor, el llanto, el amor y el recuerdo a las víctimas que debían estar ahora en un lugar mucho mejor alentándonos a seguir la lucha, y la postura del odio. La postura del racismo, el machismo y LGTBIfobia enmascarada en la islamofobia. Pocos días después de la matanza, lxs familiares de las víctimas hubieron de tragarse a un señor que aspira a ser presidente de EEUU, caracterizado por su férreo machismo, racismo y xenofobia usar el dolor de un colectivo y de sus familias contra otro colectivo, el de lxs musulmanes. Obviando, por supuesto, al lxs miembros del  colectivo LGTBI con creencias en el Islam. No obstante aquí lo decimos de nuevo, al igual que el criminal Cañizares no representa a todxs lxs Católicos o creyentes en esta doctrina, al igual que dentro del catolicismo hay personas LGTBI, hay musulmanes LGTBI ¿Qué ocurre con ellxs? ¿También son responsables de la matanza? Evidentemente no. Evidentemente la pareja de hombres homosexuales agredida y además encarcelada en Marruecos no es responsable, evidentemente, todas las personas LGTBI asesinadas de Irán no son lxs responsables, evidentemente lxs refugiadxs no son responsables de la matanza.
Sí que lo fueron otras atrocidades como la LGTBIfobia y el extremismo y fanatismo, que es el mismo que quemó mujeres tildándolas de brujas o quemó a lxs supuestos herejes. Si condenamos el fanatismo hemos de ser coherentemente antirracistas, esto que quede claro.

Pero Donald Trump, desgraciadamente no fue el único en usar el dolor del colectivo, sus víctimas y familiares, no, la derecha más rancia, intolerante, machista y LGTBIfoba, quiso pretender que olvidáramos su extrema LGTBIfobia para que nos uniésemos a su atroz racismo y xenofobia que trata de justificar la matanza de por ejemplo lxs refugiadxs sirixs en el Mediterráneo. Quisieron usar el dolor en contra de otro colectivo discriminado, quisieron que el colectivo LGTBI, discirminado por ellos mismos en incluso días anteriores, se sometiese a sus irracionalidades racistas y xenófobas ¡NUNCA! Nunca lxs miembros del colectivo LGTBI dejaremos de empatizar y trabajar en pos de los DDHH de todxs y de todos los colectivos. Nunca en el colectivo LGTBI dejaremos de ser antirracistas y feministas, sabemos lo que significa la interseccionalidad y los DDHH, y los defenderemos radical y coherentemente siempre.

Un asesino eligió un lugar concreto, y el arma no se disparó sola pero quizá una licencia más restrictiva y férrea hubiese evitado la masacre. Seguramente una mejor educación y menor ataque LGTBIfobo desde los medios de comunicación entre otros tantos, hubiesen cesado la enfermedad de la LGTBIfobia en aquel asesino. Quizá sea el momento de perder definitivamente el miedo en pos de la esperanza. Quizá no ¡Definitivamente! Mas nos falta la tolerancia 0 a las diferentes violencias. Nos hacen falta leyes, ya no solo en EEUU sino también en nuestro país (miremos hacia nostrxs de vez en cuando), y el resto del mundo, que obliguen a la persona LGTBIfoba, machista y racista a someterse a una “eticoterapia” y psicoterapia de prevención de las diferentes violencias. No es admisible que se sigan ya no solo insultando o discriminando, sino agrediendo a personas por amar o sentirse diferente a las personas que legítimamente siguen el patrón de lo establecido ¡Porque así lo siente unxs y otrxs!. No es admisible que se les llame sidosos a una pareja de hombres que se besan delante de una manifestación nazi (la del “hogar social” en Madrid) ¿Quién autorizó dicha manifestación? ¿No dimitirá de su cargo político? Parecería que me voy por las ramas, sin embargo debemos ir de lo específico a lo general para no perdernos nada...

No debemos tolerar que solo se ataque al fanatismo religioso de unxs y no al fanatismo machista, racista, xenófobo y LGTBIfobo a parte de también religioso, de otrxs. Como dije, conocemos lo que significa ser interseccional, y jamás caeremos en la trampa del que quiere lavar su LGTBIfobia y machismo con una supuesta defensa a las víctimas asesinadas en casos como el de Orlando, con el fin de retroalimentar su irracional racismo y xenofobia, todavía cuando no han pedido disculpas por llamar abominaciones a las personas no cisexuales (como fue el caso reincidente hacia la activista y política Carla Antonelli) y/o agredirlas junto a las personas que quieren amar y sentirse a gusto por como son y nacieron, sin ningún miedo a que personas ajenas a ellas las agredas, insulten, discriminen, violen o asesinen.
En el colectivo LGTBI/GSRDI lo tenemos claro, luchamos por la igualdad radical entre mujeres y hombres, por eso somos también feministas, en la igualdad entre las personas independientemente de su color de piel o su procedencia e idioma, y sabemos que el amor y la identidad de cada persona es plural, como la vida misma, así que nos reencontraremos en la lucha por la igualdad radical interseccional, fuera de la misma, nunca nos esperéis.