Ayer el mundo se enteraba que había muerto una grande de la música R&B, la famosa y desafortunadamente polémica Amy Winehouse. De todos es sabida su adicción al alcohol, a las drogas y a otras sustancias, que provocaron en su carrera un espantoso declive, pasando de ser una reina a una drogadicta sin escrúpulos para algunos entre los que evidentemente no me incluyo.
Es cierto que era propicia al consumo de sustancias estupefacientes, pero esto no es razón de ni de escarnio ni mofa y sin embargo es esto mismo lo que hemos divisado los que la apoyábamos y queríamos a pesar de los pesares...

Fue una grande de la música que empezó cantando en su casa como cualquier niño o niña de su edad hasta inscribirse en una escuela donde fundó muy joven una banda de Rap: Sweet 'n' Sour. Pero indiscutiblemente su éxito vino con Frank y Back to Black en 2006 cuando fue galardonada con innumerables premios.
No a todos les gustaba la música de esta cantante de Londres de familia judía pues algunas de sus canciones hablaban de temas inadecuados, lo cual entiendo, pero uno no se ha de quedar en esas cosas que acaban convirtiéndose en meros e insulsos tópicos que nada tienen que ver con la realidad, pero que se transforman gracias a ciertos celosos y envidiosos de la cantante y su éxito internacional en la identidad falsa de esta cantante.
En conclusión, Amy Winehouse y su música estará presente, ya en la historia, y nosotros hemos de lograr que pase a la misma con sus defectos pero también alabando sus cualidades y virtudes como cantante y compositora, y los admiradores de su música esperamos que una voz tan bonita a la par que envolvente se tratada como tal y no como una enferma como ha estado nefastamente tratada.
¡Amy tu música nunca morirá!
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